Editorial
Conde-Pumpido, el empecinado
El magistrado del Constitucional se parece a Pedro Sánchez en esto de pretender silenciar a jueces molestos
Conde-Pumpido debería de pensar hasta dónde está dispuesto a llegar con el conflicto innecesario que está planteando a la Audiencia de Sevilla, cuyos jueces no discuten que la soberanía del Tribunal Constitucional es esencial para el Estado de derecho. Por eso, el Gobierno de Rajoy le dio facultades excepcionales para ejecutar las sentencias que incumplían los separatistas catalanes. Es una desmesura aplicar esas facultades a los jueces de Sevilla por preguntar al Tribunal de Justicia de la Unión Europea si las sentencias de los ERE, dictadas por el TC, son ajustadas al derecho europeo. Es lógico que la Audiencia sevillana pida al TC explicaciones de su requerimiento sobre su iniciativa. Si los tribunales nacionales pueden plantear cuestiones prejudiciales europeas sobre leyes del Parlamento, parece razonable que puedan hacer lo mismo con sentencias del TC. Conde-Pumpido se parece a Pedro Sánchez en esto de pretender silenciar a jueces molestos. Preguntar por la primacía del ordenamiento jurídico de la UE refuerza la integración de nuestro Estado de derecho en el proyecto europeo. Lo de Conde-Pumpido es otra cosa.
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