EDITORIAL
Biden rearma a Ucrania en tiempo de descuento
Lo hace sin medir las consecuencias de cruzar una línea roja con la que reta no solo a Moscú, sino al presidente que ha de sucederlo de manera ordenada y negociada en la Casa Blanca
Ante el ministro de Exteriores de Rusia, representante del Kremlin en la cumbre del G-20 de Río de Janeiro, Joe Biden reafirmó el apoyo «rotundo» de su país a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. «Todos en esta mesa deberían hacer lo mismo», dijo el todavía presidente de Estados Unidos, cuyas últimas decisiones en política exterior –autorización a Kiev del uso de misiles de largo alcance norteamericanos contra Rusia– pasan por alto los protocolos de un traspaso de poderes que Biden condiciona, incluso perturba, con su estrategia bélica. Consciente de que Donald Trump aboga por una negociación que a través de cesiones territoriales ponga fin a la guerra, Biden no ha dudado en acelerar el rearme de Ucrania y proporcionar a Zelenski una tecnología con la que ganar tiempo y espacio. Lo hace sin medir las consecuencias de cruzar una línea roja con la que reta no solo a Moscú, sino al presidente que ha de sucederlo de manera ordenada y negociada en la Casa Blanca.
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