SIEMPRE AMANECE
El 'Duomo' de los barcos
Construyeron el Manitou en Maryland en 1937 para navegar las regatas de los grandes lagos y es uno de los barcos más bellos del mundo. Estos días esta joya naval recorre las aguas de Mahón
El gran faquir pedrette
![El 'Duomo' de los barcos](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/opinion/2024/09/06/Manitou-AutorLuisFernndez(2)-RCoo0nRJwzXOw44to7qYFlL-350x624@diario_abc.jpeg)
Para este curso me he propuesto mirar más el horizonte. Aquí tenemos, frente a nosotros, el mar de Menorca que engulle el mediodía en un azul cósmico y sentimentalón que traspasan, en leves cuchilladas, los rayos de sol que van camino del fondo. Por ahí ... se viene el velero histórico Manitou, uno de los barcos más bellos del mundo. Lleva el viento por el largo, saca pecho con su spinnaker y dobla la Fortaleza de la Mola y sus oxidados cañones, camino de la línea de llegada de la regata de Vela Clásica de Mahón, el 'Duomo' de los barcos. Mahón es hogar y capital de la vela, un puerto en el que se puede ver navegar a joyas de la navegación clásica venidas de todo el mundo.
Hace unas horas los hemos visto salir de la enorme ensenada del puerto, escorados en una ceñida y cortaban las olas como bisturís de caoba, trapo y nogal. Hemos inventado las lanchas de los narcos, el submarino nuclear, la moto de agua, los ferrys que en cuarenta minutos se ponen allí o allá y los catamaranes de carbono que corren más que José Luis Ábalos, pero nos sigue emocionando el empuje fantástico de un barco de vela. Cuando el Manitou iza todo el trapo en un día de bonanza como este, le crujen las cuadernas, hinca la proa en el agua y uno alcanza tal noción de presente que podría echar a arder todo el resto del mundo que no fuera este barco. O, al menos, todo lo que se hizo después, todo lo que corra más,todo lo que no sirva para navegar de esta forma tan elegante, linda y marinera, merece ser destruido: Instagram, los supermercados a los que se va a ligar con una piña en la mano, los pinganillos del Congreso, los códigos QR de las mesas de los restaurantes, el colisionador de hadrones. Todo.
Dejando atrás la Isla del Rey, el velero orza imperceptiblemente en un alegato conservador y así nos mete en su estela y nos enseña la finísima popa, la curva que dibuja la botavara por efecto de la tensión de la vela mayor, las líneas de su casco que abrazan el espacio y concibe un conjunto de planos, masas y líneas cuya contemplación emparenta con la observación del paso de las estaciones, las primeras hojas del otoño, el último baño del verano, la sonrisa de un niño y el primer beso de la que, aún no lo sabes, algún día será tu mujer.
Frente a ese mar y a ese barco, todos nos llamamos Ismael salvo los hombres sin gusto, espíritu, ni corazón. Que los hay. Lo construyeron en Maryland en 1937 para navegar las regatas de los grandes lagos. Después lo compró la Marina de los EE.UU. y así fue cómo Kennedy terminó haciendo de él su 'Casa Blanca flotante'. Allí pasaba más presidencial tiempo del que debiera, y hay que entenderle, pues dicen que el perro es el mejor amigo del hombre los que en su puñetera vida han visto un barco como este. Las pistolas de las bengalas son de plata, tiene hasta chimenea y cuentan las malas lenguas que en su bañera –sí, tiene bañera–, se bañaba entre la espuma Marylin Monroe, y se entiende que hubiera vuelto loco a cualquier hombre. Me estoy refiriendo al barco.
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