el burladero
Un alivio en Oriente Próximo
La Autoridad Nacional Palestina está a muerte con Hamás y no aceptará según que nombramiento que sugieren los emiratíes
Esperando la primavera de Caracas
2025, el Año Melgar
El preacuerdo de alto el fuego –que por ahora se ha visto paralizado por Netanyahu– entre el Ejército israelí y los terroristas de Hamás que tanto ha aliviado al mundo es un éxito, si se produce, que pueden apuntarse varios protagonistas internacionales. El primero de ... ellos Anthony Blinken, secretario de Estado norteamericano, lo mejor de la Administración Biden, que eleva una media más bien discreta; el segundo es Qatar, anfitrión de las reuniones, que ha mantenido encuentros constantes con todas las partes, incluidas altas personalidades de Israel y que presionó a Hamás y los expulsó de Doha para mostrar su disgusto por su falta de flexibilidad. Y el tercero, en menor medida, es Egipto, vecino de Gaza, que no ha abierto en ningún momento su frontera por temor de la infiltración terrorista en su país. Esta negociación se ha mantenido en un momento peculiar: el cambio de una administración a otra en los EE.UU. Habrá que celebrar que, a decir de quienes conocen el paño, toda ella se ha hecho en coordinación permanente de salientes y entrantes, es decir, Trump, y el prometedor nuevo jefe de Exteriores, el senador Marco Rubio. Digo prometedor porque todas las crónicas hablan de la seguridad y brillantez con que afrontó el 'examen' al que somete el Senado a los futuros altos cargos.
Los acontecimientos internacionales han forzado y favorecido el acuerdo. En primer lugar la petulancia de Trump, que ha dicho dos cosas durante toda su campaña: que con él de presidente no se habrían producido los ataques del 7 de octubre y que una vez nombrado conseguiría poner fin a la guerra. También ha tenido importancia que Trump dijera a Netanyahu que después del 20 de enero no aceptaría bajo ningún concepto la continuidad de actuaciones en Gaza ni en el Líbano, donde Hizbolá está muy debilitada, sus aliados sirios derrocados y su amo iraní en horas muy bajas. Esta debilidad de Hizbolá y de Irán le ha venido al Líbano de perlas para sacudirse el pesado yugo sirio e iraní y elegir a dirigentes presentables y respetados internacionalmente.
En resumen, que hay movimientos esperanzadores en Oriente Próximo y lo deseable es que todo se asiente y confirme. Mientras, las familias de los rehenes forman dos grupos, los aliviados a los se les asegura que recibirán a sus seres queridos y los indignados que saben que no volverán a ver a los suyos. Netanyahu va a quedar en situación muy delicada. ¿Y Gaza? Buena pregunta. La gobernación de la franja va a ser muy incierta. La Autoridad Nacional Palestina está a muerte con Hamás y no aceptará según que nombramiento que sugieren los emiratíes. Hamás sigue teniendo miles de terroristas en Gaza y a Mahmoud Abbas le va a ser muy difícil hacerse con el control: los terroristas no lo aceptarán nunca. Habrá que ayudarles. Hay quien maneja la posibilidad de tropas internacionales.
La ayuda humanitaria será imprescindible. España ha activado –el Gobierno o lo que quiera que sea eso– un primer envío de 24 millones de euros. Bien está.
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