Las pantallas, en general

Es verdad que el documento de los expertos convocados por el Gobierno y, con una jerga muy cansina, te viene a decir que el interés superior del menor puede tener varias interpretaciones y que, sí, seamos flexibles. Vamos, que los padres de Faustino Oro, el niño argentino al que llaman el Messi del ajedrez, no conviene que le prohíban sus partidas 'online', que fueron las que le engancharon al juego en el confinamiento. Los padres que vean que sus hijos profundizan con el ordenador en intereses que no cubre el colegio, no sé, filosofía o problemas de matemáticas para competir en las olimpiadas, están a salvo y no se contempla unas inspecciones exhaustivas de los usos de los dispositivos ni multas por exceso de horas a los progenitores.

Los expertos han tenido en consideración a las familias agrupadas en Adolescencias Libres de Móviles, 30.000, que, oh sorpresa, consiguieron movilizarse por redes, con pantallas. 30.000 familias que nos han enseñado a las demás cómo es de sencillo erigirse en lobby. 30.000 de seis millones de hogares con miembros menores de edad. Y ahí están, en el documento del Gobierno. Existe una web –sí, pantalla– muy interesante que se llama el Archivo del Pesimista (https://pessimistsarchive.org) donde, por ejemplo, hay recortes de prensa antigua de vaticinios sobre el horror de los aviones, de las ediciones baratas de libros, que hacía que no se hablara en los autobuses o de los niños que se quedaban dormidos en clase, en 1950, por exceso de televisión. Que nos tenemos que acostumbrar a los cenizos que encuentran al chivo expiatorio más fácil y, quizás, sirvan para colocar el péndulo en su sitio. Pero se empieza demonizando a las pantallas, así, pelín de brocha gorda y se puede acabar anulando unas elecciones, como en Rumanía, por creer que los electores estaban manipulados por cuentas rusas que distribuyen bulos. Lo de que seamos capaces de pensar por nosotros mismos, o que nuestros hijos puedan hacerlo, dejamos que lo dictaminen los expertos del Gobierno. Y que estemos siempre en la pantalla que ellos quieran.