sin punto y pelota
Elogiemos a un valiente
Son cobardes los que jamás critican al jefe pese a sus errores
Por ella, por Botto y Soto (23/8/2023)
Otro pinganillo para Íñigo (22/8/2023)
Si, llegada la noche, he podido admirar la valentía de alguien, el día ha merecido vivirse. Nos sobran cobardes. Cultivar el coraje no está en ningún manual de educación cursi que hable de 'soft skills'. Carácter debe de sonar muy trasnochado, de vieja escuela. El valiente corre con los riesgos de su conducta ... . Los asume. Sopesa los pros y los contras y halla entre los primeros el poder mirarse a la cara cuando sostiene unos principios. Puede ser imprudente pero nunca le llamarán cínico.
Ese espectáculo tan reconfortante lo proporciona estos días Alejandro Fernández, el presidente del PP en Cataluña, que ha hecho público su malestar ante el deseo expresado por Feijóo de sentarse con Junts. Ha trascendido que la decisión del gallego ha suscitado malestar entre los militantes del PP catalán, a los que se les puede quedar cara de idiotas. Si la postura que mantiene el partido en Cataluña es pública y choca con las peticiones de los independentistas, ¿a qué hacer el paripé? Conviene no confundir a quien no ve la jugada con un radical e identificar a quien está dispuesto a hacerse pasar por moderado con un hombre de Estado. No negocias nada con quien puso una bomba legal en los cimientos de ese Estado y presume de ir armado con más dinamita, disfrazada de alivio legal. Son los valientes los que no ceden al chantaje.
Son cobardes los que jamás critican al jefe pese a lo notorio de sus errores. Lo son quienes les aplauden y, cuando finalmente caen, se suman a los leñadores. Ahí tenemos los ejemplos de los comentarios elogiosos en Whatsapp a las actuaciones de Pablo Casado frente a Ayuso de quienes, a continuación, se pasaron inmaculados a la siguiente cúpula de mando. No es desleal quien cambia de opinión, sólo quien lo hace cuando la piscina a la que se tira está llena ya del agua acumulada por los que se jugaron algo.
Un valiente puede albergar dudas sobre procedimientos, medios, daños colaterales, pero no las tiene sobre sus principios. En Cataluña, eso pasa por no blanquear a los organizadores de un referéndum ilegal, a los que han discriminado a sabiendas a familias que han sufrido lo indecible por solicitar que sus hijos pudieran recibir clases en español, los que han colaborado en un ambiente universitario que lincha a los chavales de S'ha Acabat! Con esos, como dice Alejandro Fernández, no parece que el PP tenga mucho que negociar.
Para justificar su acercamiento a Junts, hay quien mantiene en el PP que hubo una Convergencia no tan independentista, más moderada, racional y menos tribal. Era la del 3% y unos escándalos de corrupción, algunos de los que afectan a la familia Pujol, que se taparon con ese ímpetu independentista. Los hay creyentes en la nariz tapada como método de supervivencia en política. A ver lo que aguanta Alejandro Fernández. Puestos a rememorar, fue Aznar el que sacrificó a Alejo Vidal Quadras. Años más tarde, estuvo entre los fundadores de Vox. Feijóo, ahora, cree que el partido de Abascal solo existe porque el PSOE gobierna con independentistas. Ya.
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