Hay que tener mucha cara

Pedro Sánchez se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales por el Real Centro Universitario María Cristina de El Escorial (entidad privada adscrita a la Complutense). Se doctoró en Economía por la Universidad Camilo José Cela (con la famosa tesis), también privada. En centros privados se formaron María Jesús Montero, Yolanda Díaz, José Manuel Albares, Grande Marlaska, Pablo Bustinduy, Ana Redondo, Jordi Hereu y Elma Saiz...

Esta semana, el propio Sánchez nos vendió otra moto (usada, por supuesto): «Una universidad no puede ser una máquina expendedora, ni una fábrica de títulos sin garantías». Juro que fue capaz de decir esto. Y María Jesús Montero en su línea: «No podemos permitir que alguien se compre el título y la formación compitiendo con el hijo del trabajador que no puede comprarse un título y tiene que tener una beca para poder estudiar».

Seamos sinceros: Para chiringuito, el de los amigos que le hicieron la tesis, que citaron mal, que plagiaron peor y que copiaron párrafos con errores de niño copión.

Para chiringuitos... los fabricados por y para Begoña Gómez en la privada y en la pública. Hasta el punto de que la experta mundial en 'marketing' y recaudación de fondos no hubiera podido matricularse en su propio negociado porque no tenía la titulación, aunque fuera la directora.

Para máquina expendedora (y no dar un palo al agua), los conservatorios de música o alguna dirección de Artes Escénicas que también entran en la categoría de chiringuito educativo.

P. D.: ABC. Firma Javier Chicote (13-09- 2018): «El presidente del Gobierno cometió plagio en su tesis». «Copió a otros autores, 'fusiló' informes del Gobierno ZP y volcó artículos suyos ya publicados».

Añade: «Decenas de corta-pegas que constituyen 'falta de integridad académica'». «Titulada 'Innovaciones de la diplomacia económica española: análisis del sector público (2000-2012)' obtuvo la calificación máxima, sobresaliente 'cum laude', y copió párrafos enteros de otros autores publicados años antes». Y concluye: «Copió y pegó contenido de informes oficiales sin entrecomillar, incluida una presentación en PowerPoint del Ministerio de Industria. Cometió autoplagio o contenido duplicado, al insertar en su tesis, sin cita, dos artículos que había publicado meses antes en revistas científicas junto a otro profesor».