EN CLAVE DE TRON
Entre Rubiales y Puigdemont
Uno puede ir a la cárcel por chabacano e impresentable; al otro le regalarán su amnistía por dar un golpe de Estado
¿Tú sabes lo que es una nación? (02/09/2023)
Yevgueny Prigozhin (RIP) (26/08/23)
La comparativa no es mía. Se la escuché al maestro Luis del Val que, como siempre, acierta y la clava por la mismísima escuadra. Debe ser lo que tiene haberse empapado en el Quijote. El sobrino de la tía Pacualina concluyó lo siguiente: «La situación ... en España ha llegado a tal punto de esperpento que a un cargo federativo que cometió una grosera falta de educación y cortesía, con un piquito de medio segundo, la Fiscalía le pide cuatro años de cárcel. Mientras, a los responsables de un golpe de Estado... se les intenta pedir disculpas a través de una amnistía».
El caso Rubiales es tan cutre como patético. Es tanto el reflejo de un chulo y un machista como de un tipo con un complejo de superioridad producto, precisamente, de su estofa. Más allá de lo chusco y hasta repugnante... cuatro años de cárcel me parecen, cuando menos, demagógicos.
Lo de Puigdemont es inenarrable. Resulta que un lunático da un golpe de Estado, declara la independencia (por cinco minutos), se escapa en el maletero de un coche, vive como un pachá en Waterloo y, como premio, el Gobierno de España le fabrica una amnistía «ad hoc».
De los cuatro años de cárcel para un chabacano pasamos a la amnistía para un golpista. No está mal. La misma «Súper Yoli» que se eleva como presidenta en funciones (por incomparecencia de Su Sanchidad) te condena a Rubiales y se derrite ante el ex 'molt honorable'. El mismo Sánchez que respaldó al presidente de la RFEF durante años (a pesar de sus trinques, comisiones y fiestas) te suelta etarras o violadores, indulta golpistas y ahora se intenta sacar de la chistera una amnistía para el «zumbao» de Waterloo. ¡Anda! que no había motivos para cargarse a Rubiales antes del actual esperpento. ¡Cuánta! demagogia pseudofeminista para tapar corruptelas, abusos, sobresueldos y grabaciones.
Sobre Puigdemont... ¡qué vergüenza! ver a la vicepresidenta del Gobierno rebajarse, humillarse (y humillarnos) cogidita del brazo del fugado vestida como sólo ella se adorna para los grandes eventos. Yolanda Díaz babeó y sonrió obnubilada ante la presencia de un golpista de quinta rodeado de sus súbditos. Y aún nos hicieron creer que fue «motu proprio» sin que lo supiera el socio/presidente. «¡Amos... anda!».
Tiene razón el maestro. Entremezclemos conceptos: España, educación, esperpento, cárcel, golpe de Estado y amnistía.
PD: Cobra fuerza la teoría del salchichón de Alfonso Guerra. Asegura que la loncha de la amnistía es insoportable. Pero todos ellos le votaron a pesar de las rebanadas de los presos etarras, el Sí es Sí, la quita de la deuda, la Memoria Histórica, la cesión a Marruecos y los indultos. ¿Qué votarán Felipe, Guerra, Belloch, Almunia, etc... cuando Sánchez corte la siguiente porción de salchichón con la amnistía?
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