en clave de tron
Domingo del Domund en Kiev
Carta de María, Antonia y María Jesús, tres dominicas bajo las bombas rusas desde su Casa de los Niños en Ucrania
Las tres son para comérselas. Dos zamoranas y una madrileña (de Cuatro Caminos, por supuesto). Años atrás los GEO las sacaron de Kinshasha. Cuando empezó la guerra de Putin, el mismo 'GEO' Pelayo que las evacuó del Congo repitió la operación y las sacó ... de Ucrania. Volvieron a su Casa de los Niños en Kiev, ya en plena guerra, y se preparan para otro invierno duro, muy duro. María me envía su carta abierta por el Domund 2024 de hoy domingo. Y es imposible no soltar una lágrima de amor, admiración, dolor y miedo. Por su valor.
«Aquí en Kiev, ahora que vamos a por tres años de guerra, la situación es cada vez más complicada. Las alertas y los cortes de red eléctrica e internet son más frecuentes. Continúan los ataques a objetivos civiles, incluso, a hospitales de niños. Otras veces, gente cercana o querida muere o desaparece, y cuando ya aceptas ese dolor llega la noticia de otra muerte y no dejas de preguntarte, como el salmista: ¿dónde estás, Señor?, ¿cómo estás presente en esto que vivimos?, ¿a qué banquete invitamos?».
Y María saca una primera conclusión: «Cuando el dolor y la muerte van dejando más niños huérfanos, que nos miran con sus ojos inocentes y sus caritas tristes, entonces, la Palabra de Vida renace con más convicción: 'Sé fuerte, ten valor, espera en el Señor' (Salmo 27, 31)».
Mis tres superheroínas favoritas tejen relaciones mediante grupos que van desde el reparto de comida hasta obras de teatro. Desde comprar ropa de bebé para una niña embarazada a concursos de poesía, cuentos y canciones.
Mientras, «los heridos y desplazados continúan llegando a Kiev desde las líneas de combate y ciudades fronterizas. Cada vez hay más viudas y huérfanos necesitadas de acompañamiento. Se trabaja en el campo entre artefactos caídos del cielo. Y continúan trabajando dándonos pan y patatas para un invierno que va a ser muy duro».
María, Antonia y María Jesús son inagotables. Infinitas. Poderosas. Aprenden de los niños a vivir los grandes pequeños momentos. «Damos gracias a Dios por la luz, el sol y el huerto que nos da tomates, pepinos y pimientos...»
«Poco a poco hemos recuperado la celebración de la Eucaristía entre la comunidad hispana. El domingo pasado éramos doce de nueve nacionalidades hispanohablantes y celebramos la misa funeral por Conrado, soldado colombiano muerto en el frente». Y María concluye: «Por todo esto contamos con vosotros y con vuestra oración que nos sostenéis cada día. Un abrazo de Antonia, María Jesús y María». La media de edad entre las tres rodea los 80 años. Solo estando con ellas en su casa (y con tantos misioneros como ellas) se entiende qué es el Domund.
PD. No tenemos derecho a olvidarnos de Ucrania. La guerra del monstruo Putin contra los ucranianos es una guerra contra todos nosotros.
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