Canarias, Ceuta y Melilla son España

No somos conscientes de la españolidad, por historia y por sentimientos, de ceutíes, melillenses y canarios. Desde el resto de España (la Península) se les ve lejos, tan lejos que parecieran en las antípodas. Ni sus problemas nos afectan (que allá se las compongan) ni desde el conjunto de la nación compartimos sus dramas y presiones (que ellos se lo guisen y ellos se lo coman).

Hablamos de la inmigración como si los miles de inmigrantes africanos llegaran a unas islas de nadie en mitad del Pacífico o del océano Índico. Y resulta que no. Que El Hierro fue el último punto de España que pisó Cristóbal Colón. Exactamente igual que ocurre con Ceuta. Si los menores no acompañados se hacinan en su albergue, que se apañen y apretujen más.

O la cuestión de las fronteras con Marruecos. Como me dijo el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, nos dirigimos hacia una nueva cesión a Marruecos tendente, cómo no, a satisfacer a Mohamed en su 'pressing' hacia la marroquinidad de las dos ciudades españolas. Todo ello, despreciando los más de quinientos años de Ceuta y Melilla como parte inexorable de España, frente a los 69 años del Marruecos independiente, un régimen marroquí que igual lanza a miles de chavales hacia la playa del Tarajal que ahoga y chantajea con una ridícula y falsa repertura de fronteras.

No seamos necios. Diferenciemos los problemas. No hablemos de la inmigración a Canarias como un problema local o de la asfixia económica y social de Ceuta y Melilla como si estuvieran en el otro lado del mundo. No. No es justo.

Escribo sobre Canarias y pienso en la vocación de Macu Mora, doctora de Urgencias en el hospital de El Hierro, en su solidaridad infinita, su esfuerzo, su ejemplo y su grito para que no les olvidemos. Escribo sobre Melilla y recuerdo el honor y la bandera del teniente coronel Arias, allí destinado, quien conocí en Mali. Escribo sobre Ceuta y pienso en los 'vendavales' a bordo de sus veleros cruzando el estrecho de Gibraltar a tiro de piedra de la provincia de Cádiz. Y en cómo los ceutíes acogieron a aquellos miles de críos empujados por el sultán.

PD. Y me ratifico. No hay derecho a que les dejemos solos. Se sienten más españoles que muchos de los peninsulares. Basta con repasar, un poquito solo, la historia de España y del mundo. Basta con pensar en sus sentimientos y dramas. Basta con reparar en sus vecinos.