«La azotaría hasta que sangrase»

¿Pero quién es Íñigo Errejón? Ni más ni menos que un alumno aventajado de Iglesias y Monedero (¿ qué podría salir mal ?) que se creyó la patraña de sus jefes, que se ilusionó con el invento de Podemos y que se vio como un líder chavista en España. Era cuestión de tiempo que se le fuera la pinza hasta que, en efecto, el personaje se ha comido a la persona.

Íñigo Errejón no fue nadie en la política. No lo fue jamás. Hasta la famosa 'beca black' resultó un regalo absurdo (y caro) de aquella Junta de Andalucía. Ni fue nadie ni lo ha sido hasta antes de ayer. Primera conclusión: no abandona la política un Churchill ni un Obama. Han despedido a un chaval engreído con problemas psicológicos, sexuales y penales.

Un (presunto) agresor sexual rodeado por la misma gente que lo encumbró y que lo ha encubierto. Los mismos que lo van a machacar. Un tipo sin media bofetada que no ha dado un palo al agua. Un personaje falso autotransformado en un detritus, únicamente, por su culpa y por culpa de quienes le fabricaron desde su ideología. Que se deje de monsergas sobre el «patriarcado» y el «neoliberalismo».

De aquel escupitajo nauseabundo que escribió el «macho alfa» con «la azotaría hasta que sangrase», a las actitudes denunciadas contra el tal Errejón, hay muy poco trecho. Es pasar del dicho al hecho con el mismo trasfondo: la superioridad, el caudillismo del dictadorzuelo y el machismo.

Problema: Que mucha gente les creyó. Y muchas, como las ahora denunciantes, cayeron en la trampa de idealizarles. Hasta hoy. Incluso hay quien los sentó (y los mantiene) en el Consejo de Ministros.

Pero que nada les extrañe. Nada les puede sorprender ya. Da igual compartir Gobierno con estos, que con otros iguales, sólo que pagando por lo mismo.

PD: A pesar de ser políticamente incorrecto conviene recordar que si un cerdo se saca el «miembro viril» y te manosea sin tu consentimiento hay que hacer tres cosas:

1.- Avisar inmediatamente a quien esté cerca o sirva de testigo.

2.- Denunciar en la comisaría o casa cuartel más cercana.

Y 3.- Jamás, irse después a casa del monstruo a solas, en el mismo coche.

Vamos, digo yo.