la Dorada tribu
Las trapecistas del tanga
Nueva York ha acogido esta semana el desfile de Victoria's Secret que llevaba seis años sin celebrarse, una pasarela de lencería donde la belleza se convierte en rutina
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Gigi Hadid, durante el desfile celebrado esta semana en Nueva York
El desfile de Victoria's Secret llevaba seis años cancelado. Resulta que había perdido tirón, y también resulta que transitamos épocas del pensamiento de cuello alto, y no tienen buena prensa unas chicas que son trapecistas del tanga. Este desfile famoso, ya histórico, llegó ... a ser como el anuncio de la lotería, pero de otra manera. Una cita con ángeles, y una lotería para mirones, machistas o no. Hasta que se acabó la lotería, que incluso se dio en algún momento por la tele, en directo, como un 'spot' de corsetería más el vaivén en largo del atletismo de las chavalas.
Por ese 'show' han pasado las chicas más esplendorosas del planeta, como Adriana Lima, Alessandra Ambrosio, Bella Hadid o Irina Shayk. Ahora las han rescatado, más Carla Bruni, Kate Moss o Tyra Banks, para la resurrección de la pasarela famosa, incluyendo otras modelos diversas, que avalan la inclusión.
El acontecimiento se celebró en Nueva York, el pasado martes. Pero el desfile viene a durar una semana, o más, como en los buenos tiempos. Tiene las vísperas propiamente dichas, y luego las vísperas de después, porque se habla de este 'show' como detallando ya el siguiente. En algún sitio, hasta sacan fotos de las modelos con sus novios respectivos, que suelen ser todos unos futbolistas de la pasarela. Son los machos de Victoria's Secret, unos apolos inapelables. Por ahí se divulgan alguna cifras del asunto, desde los ciento cincuenta pintalabios usados en algún 'show' hasta los cuarenta frascos de autobronceador. Los ángeles claro que tienen sexo, aquí está el aval. Hasta colocamos a una española, Blanca Padilla, en este carnaval de maniquíes millonarias y a todo tanga.
En la edición última, consta de nuevo en el elenco Irina Shayk. Irina es el Cristiano del ahorro de corsetería, y ya iba siendo hora de que la pusieran en este podio, porque aúpa el merecimiento de pasarse media vida en tanga. A uno, sinceramente, le da igual que participen unas u otras, porque en este desfile lencero la belleza se ha convertido en rutina, y salen muchas chicas, pero todas vienen a ser la misma, una muchacha de lámina que emociona poco, porque de tan hermosa casi resulta irreal. Y sin casi.
«Por ese 'show' han pasado las chicas más esplendorosas del planeta, como Adriana Lima, Alessandra Ambrosio, Bella Hadid o Irina Shayk»
Yo creo que lo más emocionante de este pícnic de perfectas es que son muchas. No arriesgaré que el erotismo, aquí, es la abundancia, pero casi. Y no hablo, claro, de la abundancia de la figura de cada modelo, que es más bien tirando a sílfide ceñida, sino de la abundancia del mareo de que este desfile es una multitud.
Sabe todo erotómano, sin embargo, que es un gozo mayor ir a los desfiles si las modelos salen más bien vestidas, porque la mujer es de pronto un instante entre dos camisas, como entreviera un clásico. Aquí no hay camisa alguna, con lo que nos toca imaginar lo que serían estas milagrosas muchachas si de pronto se nos aparecieran un poco vestidas. Vive, para ellas, aquello del poeta: «Nadie dudará de su mágica hermosura, pero sí de su existencia». Con eso nos quedamos siempre, hasta la convocatoria próxima, si la hubiera. Porque ya cunde por ahí la crítica previsible de que el 'show' celebra la mujer como objeto. Pues un poco sí, claro. Tampoco era una barbacoa de filólogas. Y conste que a veces desfilaban más vestidas que en su álbum de Instagram.