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bala perdida

El olvido sexual

Víctima fue, Gisèle, desde la amnesia estratégica. Ahora ha podido ver la verdad escalofriante de su vida

Fraude de barba

Chabolas en plaza Oriente

Ángel Antonio Herrera

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Impresiona el caso de Gisèle Pélicot, drogada por el marido, para ser ofrecida como mercancía sexual a desconocidos. Hay alguna realidad de sótano, como ésta, que cuesta verla en la ficción, incluso, por monstruosa. Más allá del caso en curso, con ser mucho caso, ... me interesa la valentía altísima de esta mujer en conocer que fue violada, en multitud, cuando ella no se acordaba de nada. Saquearon su intimidad última, mientras ella dormía en la tiniebla del fármaco, y hasta se atrevió el marido a grabar las escenas de la barbarie. Víctima fue, Gisèle, desde la amnesia estratégica. Ahora ha podido ver, en esos vídeos inconfesables, la verdad escalofriante de su vida, que no le constaba. No sé yo qué destrozo, o qué alivio, puede provocar en una mujer la contemplación de esas escenas, que estaban el olvido, y que por propia voluntad ella rescata, vivísimas, para su pasado, que inevitablemente invade así su futuro.

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