Hazte premium Hazte premium

bala perdida

Miss del mal

A todas las Misses se les cae la corona, en la apoteosis de la celebración, y sueltan la lágrima preceptiva

Princesa del verano

Lujo de la nada

Ángel Antonio Herrera

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La Miss aún existe, pero Misses hay dos: la Miss que va a más y Miss que al rato se vuelve a su pueblo, desilusionada, tirando a melancólica de catálogo, a buscarse quizá el consorte concejal. Luego está Amparo Muñoz, que fue Miss Universo hace medio siglo exacto, en el verano de 1974 ... , después de hacerse con un ramo de premios del gremio, incluido el de Miss España. La Miss es la abuela de la 'instagramer', una musa emocionante a la que las fotos se las hacía otro. Amparo salió la más bella entre las bellas, pero aquello no era lo suyo. Resultó feminista a su manera. Tenía 19 años de Málaga, y enseguida dijo que el premio le regaló el precipicio. Y salió huyendo, más o menos, con prisas de desamparada. Hizo renuncia expresa de aquella distinción. Luego vino lo que vino. En síntesis, giras por los desgalgaderos de la droga dura y algún oficio de actriz con más talentos que disciplinas. Trabajó con Jaime Chávarri, con Pilar Miró, con Aranoa. Se veía que podía ser cualquier cosa, menos jarrón de titulación. Fue nuestra primera Miss Universo, y la única, y también nuestra primera Miss del mal, no sabemos si porque en el mal encontró voluptuosidad, como acreditan los malditos de libro, o por qué. Publicó sus memorias, 'La vida es el precio', que lo dice todo, porque la vida íntegra pagó por el oficio de ser guapa, que odiaba. Me pidió ayudarla en aquello de la escritura biográfica, pero no tenía uno cuerpo para abismos ajenos. Era peligrosa para sí misma, y se casó para acreditar todavía más desdichas. En cualquier caso, la Miss sale Miss para toda la vida, sólo que algunas hacen carrera y otras no, como los ministros. A todas las Misses se les cae la corona, en la apoteosis de la celebración, y sueltan la lágrima preceptiva. Pero Amparo no. Fue la única que maldecía ese destino de campeona de los bikinis, donde vio un fracaso. Se perdió joven, infeliz, desaprovechada. Cayó a los 56, bajo el desprecio aún vivo de su máster de diosa por concurso.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación