BALA PERDIDA

Gente loca

A veces somos nostálgicos de una felicidad que no tuvimos

Elegancia de encuesta

12/01/2025 a las 13:21h.

La 'beat generation' tiene como autores primeros a Jack Kerouac y Allen Ginsberg, reuniendo, en general, un ramo de autores que practican, bien mediado el siglo XX, los extravíos como normativa y las lejanías como atajo vivencial. «Ser beat es estar en el fondo ... de la propia personalidad, mirando hacia arriba». Debemos la acuñación a John Clellon Holmes, estudioso de la corriente, que avala así el carácter de vitalidad suicida de nuestros autores, con una mitad de brujos del desconcierto, con una mitad de yonquis del desconsuelo. Son jóvenes, y se quieren vagabundos, porque la dicha está en la extranjería. Recuerdo aquí estas cosas porque se nos ha ido Mariano Antolín Rato, que nos acercó en su día a estos autores, con traducciones osadísimas, y ensayos de modernidad insólita. Mariano era un 'beat' con domicilio en Gijón. «On the road», de Kerouac, aupó una 'generación beat', donde todo se permitía, menos el bostezo, atando al momento del siglo un espíritu de contracultura que duró mucho más allá de su sastrería desarraigada. Hay películas, documentales, novelas. Había que vivir en la improvisación, y no tener más plan que no hacer planes. Ginsberg lo diagnosticó para siempre: «el mundo es un viejo error». Ese credo los retomaron después los hipies, cuando los beatnies se murieron, o se hicieron burócratas. Diríamos que aquellas gentes de juventud seguían la dicha de un benéfico demonio interior, bajo el lema de la novela citada, biblia de los transeúntes del deseo de universo: «Sólo me interesa la gente que está loca. La gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse».