bala perdida
Bicis Sánchez
Lo demás es un desorden a pedal, un atasco donde se aburren hasta los lamborghinis
Violación accidental
El olvido sexual
La bicicleta no la veo yo progre, aunque Sánchez insista. Quiero decir que la bicicleta es un trasto de agosto y una maravilla que nos traían de regalo en Navidad. Pero ahora la incluye el Gobierno en el futuro del transporte público. La bicicleta ... sí la veo un lío. Fue un jaleo su alquiler desconcertante, vía internet, hace ya un puño de años, y el jaleo ha seguido pedaleando, hasta llegar a hoy mismo. Me temo que la bici acaba a cada rato, pero no acaba nunca. La bici, propia o no, es la bicicleta, esa bicicleta blanca, culpable y grandona, que nos gastamos para frecuentar la ciudad, entre el alazán averiado y el velocípedo atleta. ¿Para frecuentar la ciudad? Tengo el ojo muy echado a las vías para bici, entre otras cosas porque las vías para bici van entre vacías y muy vacías. Y resulta que veo, en la bicicleta, más moda que solvencia. La bici se va alquilando, eso sí, pero la pillan los japoneses para hacerse una gira matinal por el Madrid de los Austrias, donde la bici es un tormento para quien la pilota, y un riesgo para quien la esquiva, por las cuestas delirantes. O bien la pillan los modernos para irse un rato al Retiro, a hacer pedales de ocio entre los que mirones de la orilla del lago y los que se besan debajo de una conífera.
Esto es lo que se ve, una bici alquilada a turistas o bien una bici que alquilan los joveznos para hacer piernas y completar recreo en los parques desperezados de la ciudad, que para eso están. Uno lo que deduce es lo que ya sabíamos, antes de que existiese el hipódromo de bicicletas, y antes de que las empresas del ramo y los ayuntamientos se entendieron mucho o poco. O sea, que sí, que la bicicleta es para el verano. Que es como decir para un rato corto. El rato incluye las aceras, que son las vías practicadas de la bici, y los parques, que son los rellanos urbanos donde se le da vicio al 'footing' y a otras gimnasias. Poco más. Porque lo demás es un mapa imposible, un desorden a pedal, un atasco donde se aburren hasta los lamborghinis.
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