Cabeza fría
Sheinbaum, el Rey y el riesgo al boicot español
Si debes elegir un destino de vacaciones, ¿escoges uno cuyo Gobierno hace bandera política del odio a tu nacionalidad?
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Las consecuencias del veto de Claudia Sheinbaum a Felipe VI están por dilucidar. O eso es lo que temen algunos importantes empresarios mexicanos que esta semana resumían el dislate de su nueva presidenta con un conocido dicho: «No se muerde la mano que te ... da comer». Y es que no por conocido se da por amortizado el inédito ataque al Rey. Al contrario. Mientras Sheinbaum celebraba esta semana el, para ella, feliz evento, los empresarios del país se dolían del alineamiento internacional que anticipan los gestos y decisiones de la nueva presidenta: «Esto es más Rusia, más Venezuela, más comunismo... Parecernos más a Cuba. ¿Qué será lo siguiente? ¿Exigir perdón a Estados Unidos por quitarnos California, Nuevo México, Arizona, Texas, Nevada, Utah...?».
Con Sheinbaum, hasta el momento títere de López Obrador, puede suceder como con Carles Puigdemont y Artur Mas. Cuando el primero sucedió al segundo, La Moncloa de Mariano Rajoy albergaba la esperanza de que el cambio rebajara la pulsión independentista y se recuperara la vía de entendimiento. Pero rápidamente quedó claro que sería todo lo contrario. El conflicto escaló hasta una declaración de independencia que rebasó las fronteras de la política para entrar de lleno en la Justicia y, lo más lamentable y difícil de reparar, en la sociedad. ¿Recuerdan aquel boicot al cava y todo lo catalán con que reaccionó el resto de España? Pues esa misma respuesta es la que temen ahora los empresarios mexicanos de los españoles en defensa del Rey y de su propia Historia.
El miedo es razonable porque, efectivamente, si debes elegir un destino de vacaciones ¿escoges uno cuyo Gobierno hace bandera política del odio a tu nacionalidad? Muchos ciudadanos españoles pueden verse tentados de devolver el veto al Rey con un corte de mangas a todo lo mexicano, pero es importante hacer lo que no ha hecho Sheinbaum: pensar en las consecuencias.
Responder a un veto político con un veto social solo abrirá una brecha que debemos contribuir a cerrar. España y México comparten sangre, historia e idioma y tienen fuertes lazos económicos. Anteponer o ahondar en las diferencias solo da alas a quienes las proclaman y, además, lo hacen por puro interés electoral. ¿Sabían que una de las últimas decisiones de López Obrador fue que México patrocinará la próxima edición de Fitur (2025) para recibir a más españoles en su país? ¿Conocían que cuando los dos hijos de Sheinbaum tuvieron que cursar estudios superiores decidió enviarlos a nuestro país (Barcelona y Valencia)? Para estar tan indignados con España lo demuestran solo a ratos...
Las consecuencias del veto de Sheinbaum al Rey están, efectivamente, por ver y estarán íntimamente relacionadas con qué aliados comerciales y democráticos quiere tener México durante los próximos seis años. Y este alineamiento determinará si al final de la legislatura este país se parece más a Cuba y Venezuela, como temen sus empresarios, o a una democracia con verdaderos derechos y libertades.
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