el batallón
'Frankie' goes to London
El 'monstruo' alumbrado por Sánchez en el Congreso se viraliza a toda pastilla por la arena mediática
En busca del español 'bizcochable' (2/11/2023)
El aplauso envenenado (26/10/2023)
Contrafraseando al maestro Sorman en su 'Diario de un optimista', este Batallón desfila inevitablemente desde hace semanas por la senda del pesimismo (ya saben, cuando una cosa parece mal y la otra lo mismo), asediado por el fuego graneado que le está cayendo a la ... Constitución y a algunos de sus ejes vertebrales, la igualdad, la libertad y el imperio de la ley, eso de lo que suelen comer las democracias. En el culebrón de la investidura de Sánchez avanza intrépida la izquierda en 'la batalla del relato', como pollo sin cabeza sí pero lo cierto es que ha conseguido viralizar más allá de la arena política el Frankestein –'Frankie' para los amigos– de tal forma que asistimos a un curioso reagrupamiento mediático en desdicha del cual ahora 'El País' y 'Gara', por ejemplo, clavan idénticos titulares en sus portadas. «Un juez irrumpe en la investidura de Sánchez». Dos gotas de agua. Progreso y proetarra empiezan con la misma sílaba pero hasta el advenimiento del sanchismo no habíamos visto semejante simbiosis editorial entre ambos diarios. Ahora tambien terminan igual.
La viralización del 'monstruo' alumbrado por el sanchismo en el Congreso incluso traspasa fronteras mediáticas, con ejemplos tan rotundos como el ocurrido en el 'Financial Times', que si en su día ya pidió el voto para Pedro Sánchez (fuera máscaras) ahora es lógico que le parezca de perlas la amnistía que propone 'su' preferido. Así consta en un reciente editorial de la supuesta 'biblia liberal' británica, muy influyente en Bruselas, que en emocionantes y bucólicas églogas al sanchismo ya puede mirar de tú a tú al progresista 'The Guardian'. Sostiene el FT que el borrado de todos los delitos de aquel golpe de Estado de octubre del 17 «merece la pena» por eso de «la normalidad». Ni palabra sobre el destrozo a la igualdad de todos los españoles y la abrupta quiebra de algunos de los pilares éticos y legales sobre los que se levanta la democracia en España, algo baladí visto a orillas del Támesis desde esa atalaya de suficiencia lechuguina.
Los razonamientos (bueno, o 'eso' que sostiene el editorial) son calcados al argumentario-tipo de Ferraz, con ingenuidades casi enternecedoras como que Sánchez ha «bajado la temperatura de la cuestión catalana», lo que llega a calificar de «hazaña», una presunta gesta conseguida poniendo de rodillas ante los golpistas a los jueces, a las Fuerzas de Seguridad, al memorable discurso del Rey, al Código Penal y hasta al propio 'héroe', que apoyó de manera entusiasta la intervención de la Generalitat con el 155 de la Constitución. Todos, a los pies de los caballos. Y de todos los mencionados, Sánchez es el único al que no le incomoda esa humillante genuflexión, se diría que hasta se encuentra cómodo ante tan servil prosternación. Bueno, Sánchez y los 120 socialistas del Congreso, esa partida de 'valientes' que son vitales para que funcione este chantaje al Estado. No solo no rechistan sino que aplauden con entrega al caudillo que ha conducido a España hasta esta grave hora, cautiva de un sujeto cagón y gallina que huyó en un maletero y que sabe que un cobarde vale para dos batallas. Todo se pega.
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