casa de fieras
Los amigos que fueron
Le pasa a Europa lo que a Fernando Linares con sus amigos. Dice que de conocerlos hoy, todos le pareceríamos idiotas y no tragaría con ninguno. Luego me aclara que conmigo es distinto, y me siento como Olaf Scholz reservando mesa para uno en ... un restaurante de kebabs.
Boris se bebió el Brexit y Merkel nos dejó una sucesora que ni fu ni fa, por decirlo en Julio Camba. Una mujer con sonrisa fría y perpetua que tiene menos liderazgo que la mano derecha de la izquierda. Andan barruntando, haciendo reuniones de emergencia como quien convoca una cena de los idiotas de la que son invitados y anfitriones. Olvidan que la geopolítica dejó fuera a Europa, meretriz, cuando Reino Unido salió de ese parlamento que siempre se ha detestado. Cambian los intereses en la mesa de los mayores y Meloni es la única que les hace tilín a Trump y cía. Pero como se han hartado de insultarla, picará el orgullo más que la responsabilidad. Así que preparen las excusas que vienen curvas. Europa y su empeño por caerle bien a todos, sigue su camino de autodestrucción. Pone multas y trabas a Rusia que compensa comprando gas. Si Europa acepta que Ucrania pierda un quinto de su soberano suelo a cambio de una bandera blanca, estará aceptando que su papel en el mundo es de mero espectador. Pero de mero marino, mero con cara de mero, como el que abre sus branquias cuando lo agarran en el barco de pesca. Financiamos la defensa de un país al que dejamos que quiten terreno. Y esa puerta es muy difícil de mantener cerrada ante las nuevas pretensiones territoriales de otros países con ansía de minerales raros y rutas comerciales. Merkel no solo fue importante por lo del cinturón, también supo parar a Putin mientras trataba de no dejarnos tirados. Aunque nadie se ha preguntado si Elon Musk, que demostró su posición con Zelenski desde el primer momento, ha despachado con su nuevo jefe esta teoría de cepillarse a Ucrania y aliarse con el imperialista/ expansionista/ propagandista que tiene a sus oligarcas acojonados. Puede que todo sea una estrategia. Pero a mí me da que la cosa se va a poner fea. La derechona que aplaude a Vance por el discurso del otro día, mira a otro lado con esto de invadir países o envenenar contrarios. También se olvidan del indulto a los zumbados que rodearon el Congreso en Estados Unidos y que mataron a un policía además de otros tantos heridos. Hipocresía patriota.
La primera vez que Fernando me dijo aquello de sus amigos sonó divertido. Observaba cierto hartazgo consecuencia de muchas decepciones, manías que van erosionando al grupo y que con el tiempo se han vuelto del todo insoportables. Es verdad que las cosas molestan más según pasan los años. Pero queda un cariño añejo, un lazo que por mucho que queme el tiempo y las formas, seguirá bien anudado. Lo que no sabemos es quién ató a Europa los cordones de los zapatos ahora que tropieza en cada paso, mientras los patriotas hacen contorsiones y los viejos amigos se empeñan en parecer incluso más tontos de lo que recordábamos.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete