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casa de fieras

El fin de la casualidad

No todas las revoluciones han sido para mejorar la vida de las personas sino, más bien, para empeorarlas

De zorras, maricones y canciones

Merece la pena equivocarse

A.J. Ussía

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Últimamente le doy vueltas a eso de las casualidades. Me impresiona mucho más lo que no ocurre, lo que no pasa, por poco, por mucho, pero que no acaba de producirse. Es un universo paralelo lleno de las cosas que pudieron ser pero que por ... un cúmulo de circunstancias no terminaron de suceder. Ahí transitan los otros yoes, como espectros de uno mismo que arrastran la vida que les tocó vivir por algo que no terminó de cuadrar en esto de las casualidades. Muchas veces pensamos, cuando nos encontramos con alguien por la calle, en la suerte o la pena de habernos cruzado con esa persona. Sin embargo, cuántas veces no ocurre por muy poco, como si por un par de segundos la vida te hubiera llevado a otro sitio completamente distinto del que estás, mejor o peor, eso es lo de menos. Creo que la casualidad es lo inevitable, y ciertamente, eso tiene bien poco de casual. Ahora la humanidad está en riesgo de perder esa aventura que es la vida, por unas gafas que están a la venta en Estados Unidos y que pronto cruzarán el charco para volvernos a todos gilipollas: las Vision Pro.

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