Furgonetas con mierda

El mío era la lucecita del fondo. Justo sobre la puerta, iluminada con un discreto color verde. «Salida», ponía. Justo lo que quería hacer desde hacía una eternidad. Carraspeé, sonreí tímidamente y agradecí con un gesto los aplausos desangelados que precedieron a mi intervención. Sí, tenía una idea, y qué idea. La misma que mantengo ahora en tiempos de pájaros desplumados. «Las redes sociales son nuestras furgonetas de reparto, nada más. Si cargamos mierda, olerá a mierda, distribuiremos mierda y probablemente algunos de ustedes acabarán devolviéndonosla». Convencido de que la idea era buena, me agarré a ella. «Entiendo que si no les llega un paquete a casa o no es lo que han pedido, no rajarán las ruedas del vehículo, no buscarán cómo volcarlo y espero que no se les ocurra prenderle fuego. Bastará con que se dirijan a la empresa no de mensajería sino a su contratista, en este caso el periódico donde trabajo».

Hoy parece que la pureza está en irse de 'tuiter', o X, o el 'pajarico', como lo llama mi suegra. Los que decidimos quedarnos somos unos propagadores de bulos al servicio del nuevo fascio. Todo es una patraña, adobada en hipocresía. Es cierto, hay graznidos que son exasperantes, repugnantes y, los mires por donde los mires, de una falsedad esférica. Elon Musk es un personaje que da miedo, tan turbio como el fango, y se nos aparece como esos malvados imposibles de Marvel. Vamos, más o menos como la corrala tuitera antes de que el magnate trumpista la desplumara hasta dejarla en la X. ¿O es que antes lo que hoy es megáfono estridente era salvífico púlpito? Una mierda. Un embuste sideral porque, hagan la prueba, los mismos fantoches conspiranoicos comparten sus vídeos y soflamas en otras redes, de Bluesky, Instagram a TikTok o la muy 'vintage' Facebook, ninguna de ellas propiedad del íncubo Musk. ¿Será entonces que el problema no es la furgoneta sino lo que se aloja en ella? ¿Quizás el asunto no es otro que la capacidad, desconocida en los tiempos de tintas y rotativas, de llegar a muchos más, en menos tiempo? ¿Y que además el Waze que guía hasta un punto no vuelve de vacío sino cargado de otra mierda en forma de bélica respuesta?

Quizá, solo quizá, hay que revisar la mercancía y no dónde se transporta. Porque, siento ser tan pesado, ya puedes limpiar la furgoneta e hinchar las ruedas, que como cargues mierda…