Toque de generala

-¿Por qué van tan ligeros estos señores de verde que llevan un poney?

Con tanto caballito, se les fue a los informadores la mejor: esa compañía de la Legión era mandada por una señora. ¿No hay caballeros legionarios? Pues cada vez son más las señoras legionarias en el antiguo Tercio. Que la Legión desfile con una capitana al frente sí que era noticia, y no lo del poney en lugar del carnero con chapiri. Por cierto que la más potente y emocionada voz de mando con el «¡Viva Espaaaaaaña!» ante la tribuna regia se le pudo escuchar a la capitana de estrellitas bordadas, capitana, y ante la Reina de España, como cantaba la copla de nuestro ciclo colonial marroquí.

No es de extrañar, pues, que igual que una señora capitana manda una compañía de la Legión, otra sea ya la primera mujer que llega al generalato en las Reales Fuerzas Armadas de España. La coronel doña Patricia Ortega García, madrileña de 56 años, del que siempre se ha llamado Cuerpo de Armamento y Construcción, y al que ahora le han puesto el mote de «Cuerpo de Ingenieros Politécnicos del Ejército de Tierra (especialidad de Construcción)». La coronela Ortega será la primera mujer general de la historia militar española y servirá en el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). Me parece espléndida esta normalidad del servicio de las mujeres a la Patria en sus Reales Fuerzas Armadas, con estos dos hechos que he destacado: la señora legionaria mandando una compañía de Caballería y la señora coronela ascendida al generalato. No se olvide que son casi 15.300 las mujeres que sirven a España en nuestras FF.AA.

Lo malo es la lengua. España sí está preparada para recibir, aceptar y aplaudir estos símbolos de la igualdad de la mujer. La que no está preparada es la lengua. Los empleos de las señoras en el Ejército de Tierra, en las Fuerzas Aéreas o en la Armada tienen un regusto a topónimo de finca de novela de los Hermanos Cuevas que tira de espaldas: La Coronela, La Generala, La Capitana. Pero, además, habrá quizá que cambiar los toques de ordenanza. Hasta ahora el toque de generala era de prevención y alarma: el de tambor, corneta o clarín para que las fuerzas de una guarnición o campo se pusieran urgentemente sobre las armas. Pero si ahora decimos que en el Consejo de Ministros han tocado a generala, no es que vayan a empuñar las armas urgentemente los titulares de Fomento o Educación: es que nombraron a una señora, la primera que ingresó en la Academia General Militar, como general de brigada. De lo que vuelvo a alegrarme, porque anda que Marlaska iba a estar bonito con el chopo en la mano. Habrá que cambiar el nombre al toque de generala. Y de las banderas coronelas ni te hablo. No es lo mismo el toque de generala que la generala Ortega te dé un toque y te meta un paquete si estás a sus órdenes. Y general lo podrá ser cualquiera. Bastará estar casado con una generala, igual que antes generala era la mujer de un general.