El sueño de Eduardo Bautista

En la edición de ABC de este sábado, se asegura que mi sueño (por Eduardo Bautista, presidente de la SGAE) es un proyecto que concierne al Palacio del Infante Don Luis en la localidad de Boadilla del Monte. Como quiera que la periodista no me ha consultado acerca de mis sueños, le brindo a ella y a los lectores de su apreciado medio la aclaración correspondiente. Tengo, como cualquier ciudadano instruido y esperanzado, mis sueños, el más importante es que mis hijos se desarrollen en una sociedad respetuosa y observante de valores y principios, cultivando la verdad y el amor al prójimo, o sea, la tolerancia y la generosidad. Que expulse los juicios paralelos y las causas generales (inquisitoriales), y profese el reforzamiento del Estado de Derecho. Lo de la restauración del Palacio del Infante, nunca ha sido un sueño, más bien un servicio a la sociedad civil: levantar un Centro Cultural donde ahora sólo hay unas ruinas, invertir en el proceso treinta millones de euros, donados generosamente por Autores y Editores, para crear 250 puestos de trabajo y programar, junto a dos de las universidades más prestigiosas de este país y una de las mejores escuelas de negocios del mundo, un Centro de Conocimiento y una Incubadora de Talento. Como ven, no es cuestión de sueños rotos, es el eterno problema de perder oportunidades, distraídos por la burocracia y el ruido mediático, sin abordar el futuro, apostando por la excelencia educativa y los nuevos patrones de productividad.

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