Todo irá bien
Aún semilla
Nunca entenderemos del todo el grado de inclinación con que Dios vierte su voluntad sobre nosotros

Estamos llevando a la niña al colegio y le entran un par de mensajes con nombre de hombre y quita el iPhone del imán del salpicadero y lo esconde entre sus piernas. Podría decirle algo para ponerla nerviosa pero dejo que me continúe explicando que ... ayer rayó el coche en el parquin y que el dinero que tenía pensado gastar en cambiar de teléfono -el suyo lo tiene ya con la memoria colapsada- tendrá que destinarlo al chapista. Mientras redunda en su explicación y en sus lamentos -en ese tic que adquieren las mujeres a partir de una cierta edad de repetir una y otra vez lo que acaban de decirte- tomo lentamente mi iPhone X y procedo a comprarle uno exactamente igual.
Justo antes de culminar la compra recuerdo los mensajes de hombre que ha recibido, no tanto por celos como por si lo que estoy haciendo tiene algún sentido. La miro cómo se abre paso entre el tráfico, por el retrovisor veo a mi hija bostezando, aún medio dormida, y yo me siento algo pesado porque ayer salí hasta tarde pero igualmente me he levantado para poder crear este perfecto momento familiar aunque las grietas de la imperfección no sean ajenas a un padre y una madre buscando aún su salvación.
Y pienso que en este coche rayado, en esta mañana lluviosa e intransitable, con el sueño de Maria, mi leve pesadez y su iPhone obsoleto recibiendo mensajes de hombres divorciados, somos aún una familia, aún fértil, aún semilla, y compro el nuevo teléfono y aunque nunca entenderemos del todo el grado de inclinación con que Dios vierte su voluntad sobre nosotros, sólo cumpliéndola somos capaces de superar nuestras limitaciones, y nuestra mortalidad, proyectando algo de eternidad en nuestros actos.
Ella se queja de que mientras me habla estoy mirando el móvil, y yo la miro y sonrío, le acaricio una mejilla, no le digo que su magnífico iPhone nuevo le llegará el martes, y mientras aún se queja, su viejo artilugio le vuelve a vibrar entre las piernas.
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