Horizonte
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Ahora preparan una trampa al Rey para el próximo año: la del indulto a los golpistas catalanes

Desde que el pasado 16 de enero Irene Montero y su secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, Noelia Vera, dieron plantón a la Reina en un acto sobre violencia de género, era evidente que éste es un Gobierno con miembros ... cuya prioridad es derrocar la Monarquía, como forma de romper la Constitución y así acabar con la unidad de España. En los nueve meses transcurridos desde entonces, las pruebas son innumerables y cada día tenemos una nueva. Esta semana hemos vivido la más grave hasta ahora: la decisión del Gobierno de apartar hoy al Rey de la entrega de despachos a la nueva promoción de la Escuela Judicial que impartirá Justicia en nombre del mismo Rey. El Gobierno ya no disimula sus intenciones. La vicepresidenta primera del Gobierno proclama reiteradamente que es «una decisión muy bien tomada». ¿Qué está bien? ¿Apartar al Rey de sus funciones? ¿Impedir que el Rey presida actos oficiales en España? La realidad es que no se da ninguna explicación y tienen que ser los propios alumnos de la Escuela Judicial y las asociaciones profesionales los que exigen explicaciones al Gobierno. Sánchez, Iglesias y los suyos se han llevado una sorpresa: los jóvenes jueces están indignados por ser la primera promoción en décadas que no recibirá su despacho en presencia del Rey. Van a ser una promoción de segunda categoría a la que no le parece lo mismo que el acto lo presida Juan Carlos Campo o Quim Torra que el que lo presida el Rey. Encima les llamarán clasistas.
La ofensiva contra la Corona es constante y en esta hora ya se ha producido un grave desequilibrio: Don Juan Carlos hizo un ímprobo esfuerzo por ser «Rey de todos los españoles» y sin duda lo logró. Hogaño a Don Felipe le ha dado la espalda una parte relevante de los españoles que ven en la Corona un problema para sus ambiciones rupturistas. Y su Gobierno actúa con flagrante deslealtad. Es muy malo para la Corona, es decir, para España, que el Rey reciba el respaldo del centro derecha y el rechazo de la izquierda. En el PSOE voces como la de Felipe González se han convertido en una excentricidad. Ése ya no es su partido. Y ahora le preparan una nueva trampa al Rey para el próximo año: la del indulto a los golpistas catalanes.
Sea por la vía de conceder un indulto o por la más probable de rebajar la pena que supone la comisión de un delito de sedición, lo cierto es que el Rey tendrá que poner su firma al pie del decreto o de la ley reformada que conllevará la salida anticipada de prisión de los golpistas que cumplen condena. Y entonces los medios afines al Gobierno calentarán el ambiente para hacer ver a esa amplia capa de la sociedad española que se mantiene firme tras la Corona, que «su» Rey en realidad les está traicionando. Como cree el ladrón que todos son de su condición, empezarán a decir que el Rey, por apego al cargo, no ha tenido el valor necesario para plantar cara al Gobierno. Y entonces empezaremos a debatir sobre el papel que debe jugar el Rey. Ése y no otro es el objetivo de Sánchez e Iglesias.
Recordábamos en esta página el pasado 17 de enero que la última Monarquía europea que tuvo ministros comunistas fue la del Rey Miguel de Rumanía en marzo de 1945. En sólo 33 meses el Monarca, héroe de la Segunda Guerra Mundial, tuvo que firmar su abdicación mientras el secretario general del Partido Comunista, Gheorghe Gheorghiu-Dej le encañonaba la sien con una pistola. Hoy en día los comunistas actúan sin tanta violencia aparente, pero con igual eficacia para la consecución de sus objetivos.
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