Tiempo recobrado
La gramática del cuerpo
Nos importa más un dolor de muelas que el origen del universo
![Pedro García Cuartango: La gramática del cuerpo](https://s3.abcstatics.com/media/opinion/2020/02/28/17635014-kvtF--1200x630@abc.jpg)
Lo más cercano es con frecuencia lo que menos conocemos. Esta paradoja se cumple con el cuerpo humano, cuya naturaleza química y biológica ignoramos en gran medida. Por ello, me está resultando fascinante la lectura del último libro de Bill Bryson, un periodista estadounidense que ... ha abordado el esclarecimiento de algunos de sus misterios con talante divulgativo.
El cuerpo está hecho de 59 elementos, pero, aunque parezca sorprendente, el oxígeno, que es un gas, supone el 61% de nuestra estructura física. El nitrógeno, el carbono, el hidrógeno, el calcio y el fósforo, sumados al oxígeno, suman más del 99% de nuestro organismo.
Bryson calcula en «El cuerpo humano», que es el título de la obra, que construir un hombre con esos materiales costaría 96.500 libras, lo que resultaría sorprendentemente barato. Naturalmente, aun disponiendo de la proporción exacta de esos elementos químicos, no sería posible crear un ser humano.
Necesitaríamos una cifra con 27 ceros para cuantificar el número de átomos de nuestro cuerpo, que son más numerosos que los granos de arena que hay en el planeta. Otro dato impresionante: si desplegáramos el ADN enrollado en nuestras células, la fina hebra alcanzaría los 15.000 millones de kilómetros de distancia. Llegaría hasta Plutón. Increíble pero cierto.
Desde que usted, querido lector, ha empezado a leer este artículo su cuerpo ha generado varios millones de glóbulos rojos, mientras que sus párpados se abren y se cierran cada día 14.000 veces. No es cuestión de seguir con más ejemplos, pero sí que podemos sacar una conclusión obvia: que la mayoría de nuestros procesos vitales son inconscientes e independientes de nuestra voluntad.
Sería una simplificación decir que nuestra vida está gobernada por el cerebro, ya que este órgano a su vez está determinado por células y por átomos que están interconectados y que operan con una misteriosa unidad interna, grabada en el ADN que se transmite de generación en generación.
El cuerpo es, pues, un gran enigma, un desconocido que funciona con una lógica que está inscrita en lo viviente y que condiciona como sentimos, percibimos y nos relacionamos con la realidad externa.
Todos estos datos nos llevan a establecer que estamos determinados por esos mecanismos biológicos y químicos y que, por lo tanto, somos mucho menos libres de lo que podemos pensar ya que nuestra conducta está mediatizada por nuestro ADN.
No estoy de acuerdo con esa tesis porque, aunque los seres humanos compartimos el 99,9% de nuestro código genético, ese 0,1% que nos diferencia ha producido una infinita variedad de formas de ser y de comportarse. Dicho con otras palabras, somos casi iguales pero muy distintos.
La ciencia nos ayuda a comprender muchas cosas, pero no explica por qué Bach compuso sus cantatas o por qué Napoleón se coronó emperador. Como decía Unamuno, nos importa más un dolor de muelas que el origen del universo. Somos inexplicables.
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