EL PARTIDO DE RUGBY QUE NUNCA FUE
DIECISÉIS supervivientes uruguayos de la terrible odisea que monopolizó la atención del mundo hace ahora treinta años jugaron ayer -en Chile y de forma simbólica- el partido de rugby que nunca llegaron a disputar. En 1972, el encuentro no empezó: se quedó congelado en los Andes, donde el avión en el que viajaba el equipo de Uruguay se precipitó para dar paso a un épico relato de vida y muerte, de sueños de rugby y pesadillas de hambre y frío.
Con el impresionante telón de fondo de los Andes nevados, los representantes del equipo del Old Christians de Montevideo de aquella época -ya cincuentones largos- se enfrentaron durante cinco minutos a sus viejos rivales, al equipo de los Old Boys de Chile, el mismo que los esperaba hace ahora treinta años. Antes asistieron, rodilla en tierra, a una misa al aire libre en recuerdo de los otros 29 jugadores, familiares y tripulación del pequeño bimotor Focker que nunca llegó a su destino. Trece de los dieciséis supervivientes tomaron un vuelo para cruzar los Andes y disputar el partido. Otros tres prefirieron cubrir el trayecto por carretera. No quisieron sobrevolar el escenario en el que durante setenta días de 1972 protagonizaron una agónica pelea contra el hambre, la nieve e incluso la moral, una tragedia que les llevó a alimentarse de sus propios compañeros muertos.
Ayer, los héroes volvieron también a abrazar al arriero chileno que encontró a los dos desesperados supervivientes que vagaban por la nieve en busca de ayuda. Fue una jornada de símbolos, de abrazos y de llanto emocionado. Finalmente, la Copa de la Amistad pudo ser disputada.
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