Enfoque
Nadia en Jauja
El sanchismo en campaña

Que sepa usted que «no hay que caer en el alarmismo» ni «sobrerreaccionar» porque frente al «catastrofismo» la economía española «mantiene sus fortalezas» y aunque se recupera de forma menos intensa que en ciclos anteriores, lo hace de una manera «más sólida» y «sin desequilibrios». « ... No hay una burbuja inmobiliaria, las empresas y familias tienen capacidad de financiación y la inflación es baja, lo que ayuda a preservar la competitividad en precios». Así las cosas, «la economía no presenta signos de vulnerabilidad como los de la larga y profunda recesión de la última crisis».
Querido lector, sepa usted por tanto que vive en Jauja, un lugar donde «el empleo todavía sigue siendo dinámico, con un crecimiento interanual del 2,4 por ciento en la afiliación a la Seguridad Social». Y donde la deuda pública española se comporta fetén en los mercados, lo que «demuestra que los inversores mantienen la confianza en España». Vamos, que ¡al rico bono español! gritan los brokers en los parqués de todo el mundo y se los quitan de las manos. Y esa deuda rampante, que era insoportable y venenosa en los tiempos de Mariano y Cristóbal, pues ya la iremos pagando cuando buenamente podamos. Otra cosa, «hay datos que marchan relativamente bien, como las ventas de grandes empresas, el gasto turístico o las ventas minoristas». Más Jauja.
Y, hágame el favor, no escuche a quien le diga que la economía no pita, porque esto va como un tiro «y pese a todo, seguimos creciendo». Les quería comentar también que «la actividad está trazando una suave ralentización después del rebote de la crisis y se va acercando poco a poco a su crecimiento potencial, unas tasas más acordes con la demografía y los factores productivos de los que dispone la economía».
Eufemismo y demás floripondios verbales aparte, los entrecomillados (solo los entrecomillados) de esta página son originales de la ministra Nadia Calviño que decidió hacer vivac en la tierra de Jauja, rememorando aquel festival de «brotes verdes» que semana a semana vendía Elena Salgado en los Consejos de Ministros del zapaterismo. Luego resulta que estábamos en el infierno de Dante.
El remate más gracioso de Calviño fue cuando pidió a la oposición no utilizar «electoralmente» los malos datos del paro, «porque hablamos de las personas». Eso, días después de que la Junta Electoral reprendiese a su Gobierno por convertir el Consejo de Ministro en un mitin del PSOE. Las cosas de vivir en Jauja.
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