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Sala de máquinas

Treinta años tarde

Julián Quirós

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La sentencia del TSJ catalán para asegurar los derechos lingüísticos de los alumnos llega treinta años tarde, o más. La pregunta es por qué el Alto Tribunal ha dejado pasar tres décadas en vez de actuar antes, de manera general, enérgica y obligando a su ... cumplimiento. Este mandato legal tendría que haber nacido en 1990, ya entonces era evidente. Pero quizá en esto también se miró para otro lado; los jueces fueron resolviendo el abuso de la inmersión con autos menores, particulares, específicos. El daño ha sido inmenso. Muchos profesores se fueron de Cataluña. Mucho fracaso escolar, muchos niños a los que se les robó el futuro, al violentar sus derechos educativos en beneficio del adoctrinamiento nacionalista. Estas víctimas debieran reclamar una reparación compensatoria a la Generalitat. Pero está mejor sentenciar tarde que nunca. Ahora toca obligar al conseller de Educación a cumplir la ley o ser procesado. Y a la ministra Celaá a velar por el cumplimiento de la ley y los intereses de los alumnos o ser procesada.

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