Postales
Perdedores, todos
Cs lo notará en las próximas elecciones, cuando unos les llamen traidores y otros, tarambanas

La «crucial» batalla del miércoles ha dejado las cosas como estaban. Sánchez logró prorrogar el estado de alarma, pero perdiendo apoyos, fuerza y prestigio. Advertido, encima, de que es la última vez. Los demás, pierden todos. A la cabeza, Ciudadanos. Si Albert Rivera se pegó ... un tiro en el pie al pretender reemplazar al PP como líder de la oposición, olvidando que había partido de él, Inés Arrimadas se lo ha pegado en el brazo al respaldar a Sánchez, después de haberlo calificado de peligro nacional. Aparte de corroborar la fama de poco de fiar que tenían. Algo que ya apuntó al abandonar Cataluña tras haber ganado aquellas elecciones, y venirse a Madrid donde se jugaba la final. Es la mejor prueba de que el centro liberal apenas existe en España, aunque todos lo pretenden. «Nuestros liberales caben en la plataforma de un tranvía», leí no recuerdo dónde. Hoy, sobraría espacio. Cs lo notará en las próximas elecciones, cuando unos les llamen traidores y otros, tarambanas.
Casado eludió la trampa que le había tendido Sánchez de cargar con los futuros muertos de la pandemia de no prorrogar el confinamiento, escapando por la gatera de la abstención, pero olvidó que se contradecía a sí mismo, tras demostrar que el responsable de esas muertes es Sánchez y éste ha hecho un mal negocio al cambiar el apoyo de los independentistas por el de Ciudadanos, al que el nacionalismo odia, especialmente el catalán, por haberle ganado unas elecciones en casa. Al final, Sánchez puede quedarse sin ambos. En cuanto a Abascal, tiene sólo un problema, pero gordo: la mayoría de los españoles están hartos de que les engañen, pero rechazan el extremismo en que Vox suele caer. No quiere salvadores, sino líderes capaces, honestos y con sentido común. Por último, podría decirse que el único que gana es Iglesias, bastión ofensivo y defensivo de Sánchez. Pero acaba de tener una muestra de que cambia de socios, estrategia y principios si le conviene.
De momento, las espadas siguen en alto los 15 días que PNV y Cs han dado a Sánchez para cambiar su hoja de ruta de la desescalada. Pero fue él quien dijo que no hay plan B, alternativa al estado de alarma. Claro que estamos ante un experto en fugas, en subterfugios, en huidas. De momento, ha ganado dos semanas en las que pueda pasar de todo en todos los terrenos. Las fuerzas están equilibradas y si algo se echa en falta es un liderato firme y convincente. Sánchez está demostrando ser el más hábil de ellos, pero eso no basta ante los enormes desafíos que tiene nuestro país. Tal vez sea capaz de engañar a todos los españoles crecidos en el muelle mundo del progreso indefinido, la sociedad permisiva y el Estado providencia. Pero dudo que sea capaz de engañar a un virus nacido en los confines de Asia y a una economía vigilada por holandeses y alemanes protestantes. Los muertos siguen y la deuda crece.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete