Pablo Isla y Marta Ortega
En Zara ya es primavera
La hija de Amancio Ortega asume el reto de sustituir a Isla y de ponerse al frente del gigante de la moda
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Si la Bolsa es el mejor termómetro del miedo, habrá que concluir que el temor que cundió ayer entre los inversores como respuesta a la inminente salida de Pablo Isla de Inditex es muy similar, en términos porcentuales, al que el pasado viernes desató la ... nueva variante del Covid, detectada en Sudáfrica, donde también hay tiendas de Zara. Ayer estuvieron abiertas hasta las siete de la tarde. No era para tanto. En ambos casos -viernes de coronavirus, martes de probador- la caída rondó el 5 por ciento. También en ambos casos, la especulación, en su sentido más amplio, sustituye al fundamento científico, ya sea de carácter vírico o económico. La despedida de Pablo Isla de la firma textil era cosa sabida desde que Marta Ortega decidió, hace ya mucho, hacer carrera en la empresa que fundó su padre, y no precisamente para quedarse de dependiente, vistiendo santos y maniquíes, en la tienda en la que debutó como empleada del mes. En las actuales circunstancias nada permanece, pero fue precisamente Zara la marca que revolucionó y animó el consumo textil a través de un término -rotación, llevado al extremo- que a estas alturas entiende todo el mundo. Lo que no funciona se quita del escaparate, y lo que vende se distribuye a gran escala. Prueba y error. Inditex sufrió ayer por el fin de existencias de la colección que Isla, modista de alta factura, ha firmado en las últimas quince temporadas, y no tanto por la desconfianza que puedan provocar el genio creativo y el potencial transformador de Ortega, ya iremos de compras, para impedir que a partir de ahora Zara se estanque mientras el mundo rota deprisa, sin esperar a nadie. Ya casi es primavera.
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