COLUMNAS SIN FUSTE
Tontos
Tan difícil es distinguir por sus efectos al malo del tonto que tiendo a pensar que son lo mismo
![Hughes: Tontos](https://s2.abcstatics.com/media/opinion/2022/06/19/Forrest-U41661221376pdd-1248x698@abc.jpg)
Por no hacerse mala sangre, es útil seguir en la vida el principio de Hanlon: «No atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez». El problema es que cuesta distinguir al malo del tonto. Las trastadas que se observan, ¿son obra ... de tontos o de algo peor?
Partamos de que tontos somos todos (en proporciones distintas, desde luego). Se tiende a menospreciar la propia estupidez, pero es como un compuesto universal. Para Frank Zappa era como el hidrógeno.
El tonto vivía muy bien detrás del malo hasta que el siglo XX y sus horrores nos alertaron. Ahora es lugar común que el tonto es más peligroso. El teólogo Bonhoeffer lo explicó: contra el malo podemos luchar, pero nada nos protege del tonto. Está, por así decirlo, dentro de los muros de la ciudad.
Si por sus efectos se parecen tanto, ¿cómo distinguir al tonto del bellaco? Cipolla lo enuncia en su tercera ley: el tonto es el que causa daño a terceros sin obtener provecho para sí. Con el malo al menos gana alguien. Por eso, socialmente es mejor.
En cierto modo, el tonto es como un malo por aprender, impreciso, un malo a mitad. ¿Y si es utilizado? Decía Gracián que necio no es el que hace tonterías como Forrest Gump, sino el que no las sabe disimular. ¿Y si el malo se hiciera valer del tonto? Un tonto es controlable, su efecto es graduable. Varios tontos juntos ya no. Según Livraghi, su impacto es geométrico. Los tontos no se suman, se multiplican.
Los italianos estudiaron la estupidez, pero los anglosajones la observaron en la jerarquía. Así el principio de Peter: cada uno prospera hasta el nivel de su competencia, luego es ascendido a un puesto para el que es incompetente. Scott Adams, más optimista, piensa que se les asciende para que hagan menos daño.
Tan difícil es distinguir por sus efectos al malo del tonto que tiendo a pensar que son lo mismo, dos disfraces de lo mismo, una especie de aleación. Distinguirlos es hacerles un favor. La síntesis ya la sufrió Cernuda: «Lo cretino, en ti, no excluye lo ruin. Lo ruin, en tu sino, no excluye lo cretino. Así que eres, en fin, tan cretino como ruin»
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