Columnas sin fuste
Big Mac
La colina liberal del burger

En 1991, Jesús Gil montó un partido que se llamó GIL (Grupo Independiente Liberal); cuando el narcotraficante Pablo Escobar se metió en política patrocinó un equipo ciclista que lo llevaba en el culotte: «Pablo Escobar Renovación Liberal». Los liberales siempre se ven a sí mismos ... como Adam Smith o Lord Acton, pero tienen más modelos. El liberalismo, que es una cosa muy complicada, variadísima (mucho arroz para tan poco plumilla) además de ser una ideología imperial inglesa, que también lo fue, tiene otro lado que representan bien Gil y Escobar y que consiste en la justificación de lo que es, en su embellecimiento, en el papel de regalo palabrero, parlamentario y economicista que envuelve las realidades económicas más crudas.
En una reciente entrevista en ‘Libertad Digital’, Buxadé cuestionó ciertos dogmas liberales (el McDonald’s) y lo han comparado hasta con Otegui quienes no responden nunca de una tradición liberal que acaba en Irak, Afganistán, el comercio chino y la isla de Epstein.
Esta reducción al absurdo que hacen los llamados liberales, con todo, no es nada comparada con la propia ‘incuestionabilidad’ del liberalismo. Aunque degenerado, estamos en el liberalismo, por el liberalismo y desde el liberalismo, y el mismo Vox oscila entre lo liberal y lo conservador. La contradicción es inevitable. Buxadé habló del ‘bien común’, por ejemplo, pero ¿no justifica eso el pasaporte Covid? El imperio del liberalismo es aun mayor que el progresista, son Padre e Hijo, algo demasiado grande como para cuestionarlo cuando ni siquiera se poseen las palabras. En la misma entrevista, Buxadé se dice y no se dice nacionalista, no queda claro, y distingue entre nacionalismo malo (los separatistas) y uno «bueno» que llama patriotismo. El gran tabú que Alemania impone, y la labor de nuestro Partido de la Razón identificando todo mal con el nacionalismo nos deja al final (y como mucho) con el patriotismo constitucional o, yendo ya muy lejos, con ese ‘nacionalismo bueno’ o patriotismo a secas. Si ni Buxadé (que se dice ‘basado’) puede llamarse claramente nacionalista económico o nacionalpopulista, ¿por dónde se le mete mano al Big Mac liberal-global?
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