Editorial
Guerra económica, pobreza en los dos frentes

Anunciada ayer, la suspensión temporal de la actividad de Inditex en Rusia, mercado que aporta el 8,5 por ciento del resultado neto de explotación de la compañía gallega, es la enésima señal de las consecuencias que para las economías occidentales van a tener las sanciones impuestas por el mundo libre al Kremlin en respuesta a su imperialismo. A la parálisis de la producción en Ucrania y el encarecimiento de los combustibles fósiles se suma la progresiva caída de la actividad -de la agricultura al sector servicios, esenciales para la economía española- de los sectores más afectados por el cordón financiero y comercial impuesto a Rusia por Estados Unidos y la UE. El pacifismo de pancarta que ejerce la izquierda, anclada en la nostalgia de los frentes militares del siglo pasado, pasa por alto el hecho de que ya estamos en guerra, y con unas armas que quizás eviten el derramamiento de sangre de las contiendas convencionales, pero no el empobrecimiento, aún imprevisible, que estas acarrean.
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