Andalucía, vientos de cambio
LAS posibilidades de victoria del Partido Popular en Andalucía se están consolidando, según el sondeo que hoy publica ABC y que da a los populares una ventaja de dos puntos porcentuales sobre el PSOE. La formación de Javier Arenas también aventaja a los socialistas en intención directa de voto, lo que, unido al deseo de cambio político -casi el 70 por ciento de los encuestados lo considera necesario- y la opinión de que Javier Arenas está más capacitado que José Antonio Griñán para enfrentarse a la crisis, pone al PP en el camino para una victoria que ha estado monopolizada desde hace tres décadas por el socialismo. Sin embargo, al PP no le bastaría esta ventaja: la suma de diputados socialistas y de Izquierda Unida daría la mayoría absoluta a un gobierno de izquierda. Esta es la fotografía preelectoral de Andalucía en este momento, pero la evolución de los últimos sondeos publicados favorece claramente al PP, cuyas posibilidades aumentarán a medida que reduzca el rechazo que aún suscita en determinados sectores de votantes y recorte diferencias en las tres provincias donde la encuesta da mayoría al PSOE: Huelva, Jaén y, especialmente, Sevilla, convertida en su principal refugio electoral.
Para el PP nacional, Andalucía y Cataluña -que votará en el otoño próximo- representan sus debilidades electorales más importantes, y cualquier avance que consiga en estas comunidades tendrá un efecto proporcionalmente superior en la formación de una mayoría parlamentaria suficiente para que Mariano Rajoy presida el Gobierno de España a partir de 2012. Pero antes, el PP tiene que cruzar el Rubicón de las autonómicas de 2011 y lograr un resultado que haga irreversible el cambio político. El poder autonómico fue decisivo para la victoria de los populares en 1996. Para alcanzar ese cambio definitivo de tendencia, el PP tiene un doble reto: mantener la cohesión de su electorado -el más fiel de todos, pero también muy exigente- y captar apoyos entre votantes indecisos y desencantados con el PSOE. Este objetivo requiere, por un lado, una estrategia más amplia que la del discurso centrado sólo en los ya convencidos y, por otro, un margen de confianza de la derecha social en el líder del PP para articular ese discurso y atraerse los votos necesarios para alcanzar la victoria que tanto se le demanda desde sus filas.
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