Cuentas sin cuentos
Que haya o no residuos, una cuestión económica
«Cuando sea más barato reutilizarlos que tirarlos, dejarán de ser un problema», defienden quienes creen en que, como en la naturaleza, también en la actividad humana todo se puede reciclar
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La gestión de los residuos es, sin duda, uno de los grandes retos de las sociedades actuales sobre el que, aunque nos esté costando, cada vez estamos más sensibilizados. La educación juega, sin duda, un papel fundamental en esta tarea y son los niños, en ... muchas ocasiones, los que enseñan y exigen a sus padres que reciclen, y les ayudan a distinguir dónde deben tirar las basuras, y así debe seguir siendo. Hay quien pide incluso asignaturas específicas en los colegios e institutos sobre la economía circular. Pero aparte de concienciación, se necesita dinero para invertir en tecnologías y en centros de reciclaje, convenios públicos-privados para desarrollar proyectos, y hacer que resulte más rentable reciclar que no hacerlo. Y en eso las políticas públicas y la manera de utilizar los impuestos también juegan un papel fundamental.
De todo ello se habló el viernes en la casa de ABC en un foro sobre la Economía Circular de los Residuos, en el que los ponentes más optimistas, como Félix J. González Yagüe, de Acciona, aseguraba que es incluso posible llegar a los residuos cero. «Si el residuo no existe en la naturaleza tampoco debería existir en nuestras vidas», argumenta este ingeniero de minas y, a su juicio, que haya o no residuos es una cuestión económica, depende del valor que les demos. «Hay que hacer que resulte más barato aprovecharlos que tirarlos», afirma. Pero para eso todavía falta camino por recorrer.
Las tecnologías no parecen ser el problema, y los fondos europeos son también una gran oportunidad para apoyar la investigación y la búsqueda de nuevas fórmulas que nos permitan reutilizar todo tipo de desechos, desde los aceites usados, que se pueden convertir en biodiésel, a las palas de los aerogeneradores, de las que se puede obtener fibra de vidrio,... Y los fondos están llegando, al menos para la investigación, según explica Jovita Moreno, profesora de titular de ingeniería química en la Universidad Rey Juan Carlos. El temor, sin embargo, es que se agoten antes de tiempo y las investigaciones se queden en el aire sin que haya tiempo para trasladar los hallazgos a la economía real y para poner en marcha los proyectos.
Los ayuntamientos, que son las administraciones más cercanas a los ciudadanos, tienen una función primordial en la recogida y reciclaje de residuos. También los municipios se están aprovechando de esos fondos europeos para el reciclaje, reconoce el delegado de gobierno de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, aunque por las prisas en su ejecución, en lugar de utilizarse para nuevos proyectos, se están usando para algunos que ya estaban en marcha y que se hubieran hecho con o sin fondos europeos.
Otro de los problemas de los fondos es que llegan con mucha dificultad a las pymes, según nos cuenta Manuel Guerrero, director de la Fundación para la Economía Circular.
Las ayudas europeas permitirán, sin duda, dar un empujón a los proyectos ya en marcha o iniciar otros nuevos, pero lo cierto es que cuando se acaben habrá que seguir remando. Pararse o dar marcha atrás no es una opción. Como tampoco me parece una opción que haya que renunciar al crecimiento económico para luchar contra el cambio climático. Primero, porque es totalmente injusto con las sociedades menos desarrolladas y, segundo, porque también se puede hacer negocio y se puede seguir creciendo apostando por esta nueva economía en la que los residuos se puedan reutilizar una y otra vez hasta hacerlos desaparecer. Ojalá no esté tan lejos el día, en que como en la naturaleza, en la actividad humana haya residuos cero.
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