El PSOE apremiaba a Rajoy a someterse a la investidura por ser la lista más votada
El partido de Sánchez defiende ahora lo contrario que en 2016 en la misma tesitura
Vox no anticipa su apoyo a Feijóo y el PNV tampoco se lo garantiza a Sánchez
El PSOE llega a la ronda de consultas del Rey defendiendo la posición de Pedro Sánchez para someterse a una sesión de investidura y cuestionando la conveniencia de que el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, lo intente. La que culminará mañana será la novena ronda de este tipo que Felipe VI ha tenido que celebrar en menos de una década.
En la primera de todas ellas tras las elecciones del 20 de diciembre de 2015, en las que se quebró el bipartidismo, el Monarca se encontró ante una situación inédita con dos candidatos que se veían con opciones de llegar a La Moncloa. Pero, al contrario de lo que sucede hoy, en vez de pelear la posición para ser designado en primer lugar, ambos se miraban de reojo. Desde la votación de la Mesa del Congreso del pasado jueves los socialistas vienen desestimando públicamente las opciones de que Feijóo se someta a una votación de investidura. El planteamiento que hacen hoy los socialistas es absolutamente contradictorio al que defendían entre 2015 y 2016.
De aquellas fechas data un documento que será de gran valor para los historiadores que traten de explicar dentro de unas décadas el tiempo político que vive España y que tiene como principal eje vertebrador el cambio de posición del Partido Socialista, respecto a las formaciones a su izquierda y los partidos nacionalistas e independentistas. Esto se puede leer en ese texto: «La autodeterminación, el separatismo y las consultas que buscan el enfrentamiento sólo traerán mayor fractura a una sociedad ya de por sí divida. Son innegociables para el Partido Socialista y la renuncia a esos planteamientos es una condición indispensable para que el PSOE inicie un diálogo con el resto de formaciones políticas».
Pero no solo habido cambios de concepción ideológica o territorial en el planteamiento de los socialistas, sino que los cambios de opinión son también en la esfera de la táctica, la estrategia y en el plano formal. Pese a que en aquel entonces, también como ahora, las opciones aritméticas del candidato popular, como se demostraría, eran muy complejas. «Este es el tiempo en el que Rajoy y el PP, como fuerza más votada, deben asumir su responsabilidad de intentar formar Gobierno», quedaba plasmado en ese documento.
El mismo texto que también recogía que «si Rajoy y el PP logran formar Gobierno, el PSOE liderará una oposición exigente y leal». Y consideraba que solo en el caso de que «fracasara», el PSOE «actuará como primer partido del cambio en aras del interés general y con sentido común y responsabilidad». No han pasado ni ocho años y en el PSOE, salvo Susana Díaz, conviven los mismos dirigentes. Pero parece una eternidad.
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