la huella sonora
Segundo premio
Es posible que no estemos siendo capaces de trasladar a nuestros hijos el legado de nuestra generación, que es el cultural y el musical
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No sé qué habrá pasado con INXS. Ya nadie los escucha, sus canciones se han esfumado y su nombre ha sido borrado del imaginario colectivo. Con 55 millones de copias vendidas la situación solo puede responder a problemas con los derechos, creo que en ... manos de Universal. Parece que desde que Michael Hutchence apareciera ahorcado, nadie quisiera recordarlo como la estrella carismática y el 'frontman' prodigioso que un día fue y prefiramos seguir pensando en él colgado del techo de aquel hotel de mierda en Sydney. De algún modo ahí hemos decidimos dejarlo. Y ahí sigue, con las piernas tambaleando justo encima del Billboard. Algo parecido sucede con R.E.M., estos con más de 90 millones de copias, una presencia constante en los 90 y los 2000 y una influencia decisiva en lo que vendría después. Los escucho hoy en bucle y me parece asombroso que una banda así esté también cayendo en el olvido, como tu segunda novia. Porque de la primera siempre te acuerdas, pero la segunda es irrelevante, apenas un puente para la tercera, como la ginebra ensamblando el vermú y el Campari del negroni, es decir, uniendo dulzor con amargura, como un jueves por la tarde.
Ahora sé que la canción 'Segundo premio' no va de amor entre hombre y mujer sino de amistad entre Jota y Florent
La colección de éxitos de R.E.M. es inabarcable. Y esto me lleva a pensar en U2, quizá la última gran banda que hemos tenido: 170 millones de discos. Si R.E.M. ha tenido la extrema gentileza de no volver a reunirse, U2 cometió el error de no saber irse a tiempo, quizá después de 'All That You Can't Leave Behind'. Digamos que no han sabido reinventarse y eso es peligroso porque el tiempo pasa, un día te miras al espejo y te ves haciendo el ridículo con la melenita negra y las gafas de sol de 'bakala' cuando, en realidad, peinas canas y necesitas gafas, pero para la presbicia. Y eso no debe empañar su legado: U2 han sido unos maestros, con giras supersónicas y algunos discos -The Joshua Tree, Achtung Baby- entre los mejores de la historia.Es posible que no estemos siendo capaces de trasladar a nuestros hijos el legado de nuestra generación, quizá el más importante, que es el cultural, el musical, el de las referencias que nos han hecho ser lo que somos. Pensaba esto el otro día viendo 'Segundo Premio', película de Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez, que fue candidata española al Óscar y mejor película en Málaga. La 'promo' dice que la película no va sobre 'Los Planetas'. O sea, que va sobre 'Los Planetas', que no es una banda que haya seguido especialmente, aunque reconozco su calidad y me encantan media docena de temas. Pero viendo la película me ha entrado una nostalgia terrible. Porque, en realidad, 'Segundo Premio' no va de música sino de amistad, de una amistad muy particular que es la que surge entre hombres que crean algo juntos. He vivido esas relaciones en primera persona, esas relaciones de dependencia, de excesos y de odio; de celos, de egos y de soberbia, que es el pecado capital de los mediocres. Ahora que sé que la canción 'Segundo Premio' no va de amor entre hombre y mujer sino de la amistad entre Jota y Florent, la entiendo mejor y me gusta más. Y, de paso, me sirve para recordar que mi generación no ha sido solo esta cosa blandurria y formal que fingimos ser, sino algo muy complejo, con gente genuina y libre que ha pasado su juventud en salas atestadas de humo y en noches llenas de intensidad, amor y otras cosas. La música alta, la cartera llena y sin móviles en el bolsillo. Otros se llevarán la fama y la gloria, pero mi generación es la ginebra del negroni, algo imprescindible y olvidado, incluso por nosotros mismos. Somos sólo la segunda novia, el segundo premio. Está bien así.
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