Suscríbete a
ABC Premium

Contaminación atmosférica: el espejismo de España

Pese a la moderada bajada desde 2007, nuestro país sigue retrasado en el control de emisiones

Contaminación atmosférica: el espejismo de España ABC

ANTONIO VILLARREAL

En los últimos años, hemos escuchado que la crisis económica tuvo un efecto positivo al reducir los niveles de contaminación en el aire , lo que se atribuye a un descenso en la actividad industrial y tráfico. El último informe sobre la calidad del aire en España (2012), elaborado por Ecologistas en Acción en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente y presentado a finales de octubre, incide en esta «moderada reducción, de en torno a un 20% menos que en 2007», dice Juan Bárcena, responsable de calidad del aire de la organización ecologista, aunque advierte que «seguimos en niveles dañinos».

Sin embargo, pese a esta reducción, el número de españoles que respira aire con tasas de contaminación superiores a las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aumentado desde los 37 millones de 2010, un 79% de la población, a los 44 millones de 2012 , un 94% según este informe anual, que utiliza los datos recogidos en las redes de contaminación autonómicas .

Mariano González, coordinador del área de transportes de Ecologistas en Acción, explica que para el informe «se han evaluado cuatro contaminantes: las partículas en suspensión , el dióxido de azufre , el dióxido de nitrógeno y el ozono troposférico ».

España es el país con más coches diésel de la UEOtro barómetro son los valores legales de contaminantes establecidos por la directiva 2008/50 de la Comisión Europea , sensiblemente más laxos que los de la OMS, que ofrecen unas cifras de 17 millones de españoles, el 37%, respirando aire contaminado en 2012, número que en 2010 era sólo de 6,4 millones, el 14% de la población.

Bárcena apunta que, una vez «la OMS ha considerado la contaminación atmosférica como carcinógenos de nivel I, se están intentando acercar los valores límite legales que establece la Unión Europea a los de la OMS». Aunque en su opinión, «la sensación generalizada es que no se va a cambiar». ¿A qué se debe la disparidad entre la reducción de la contaminación y el número de personas afectadas?

Para Iñaki Arto, experto en economía ambiental e investigador en el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, las cifras de calidad del aire «están ocultando lo que realmente ocurre, está habiendo una desinversión tecnológica y cuando la crisis pase volveremos a donde estábamos entonces».

«Salvo en el caso de los ácidos [óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno y amonio ] ha habido un aumento de la huella ambiental», dice Arto. Esto representa aproximadamente una tercera parte de nuestra contaminación. Durante los años de crisis, «han aumentado el gasto de agua, de materiales y los gases de efecto invernadero », añade Arto, para quien en España «existe un déficit ambiental».

Mayores reducciones

Arto participó en la elaboración de un estudio para la CE sobre niveles de polución en los países europeos entre 1995 y 2008. A mediados de los noventa, España emitía anualmente 104.900 toneladas de contaminantes ácidos , cifra que se redujo hasta las 64.400 de 2008, un 39% menos, aunque la reducción no fue al mismo ritmo que otros países y ha pasado de ser de la sexta a la quinta mayor emisora europea de este tipo de polución, tras Alemania, Francia, Reino Unido y Polonia .

Con respecto a estos compuestos, la contaminación del aire en nuestro país es peculiar, ya que mientras el dióxido de azufre (procedente principalmente de la industria , basada en carbón y fuelóleo ) suele suponer el 45% de los contaminantes a nivel mundial, en España supone sólo un 25% del total. El resto de los contaminantes absorben esta diferencia, ya que mientras las tasas mundiales de dióxido de nitrógeno (procedente de los automóviles ) están en el 32%, en España suponen el 42%. Lo mismo ocurre con las emisiones de amonio (procedente de procesos agrícolas ), donde España se sitúa, con el 33%, diez puntos porcentuales por encima de la media mundial.

De acuerdo con el último informe de calidad del aire, y de nuevo bajo los estándares de la OMS, «el 11% de la población sufre contaminación por dióxido de azufre y el 17% por dióxido de nitrógeno», resume Bárcena. La presencia de ambos gases es superior en las zonas metropolitanas de Madrid, Barcelona y Granada .

En 2012, junto a lo que Bárcena califica como un «ligero repunte en la contaminación por ozono troposférico», que afecta al 82% de los españoles, lo más preocupante es el aumento de las partículas en suspensión, en su mayoría procedentes del tráfico y que se clasifican en PM10 -menores de 10 micras - y PM2,5 o partículas «respirables».

El elevado nivel de estas partículas en España es preocupante por dos motivos. En primer lugar, porque, como sugieren Cristina Linares y Julio Díaz, miembros del Instituto de Salud Carlos III y autores de un trabajo sobre el tema, «las PM están asociadas, cada vez con mayor consistencia científica, con numerosos efectos negativos sobre la salud, como el aumento de enfermedades respiratorias y la disminución del funcionamiento pulmonar », además de apuntar que «los grupos más sensibles -como niños o ancianos - corren más riesgo de padecer los efectos negativos de este contaminante». Esto se debe a que las partículas, al ser tan pequeñas, pueden penetrar a través de los alveolos del pulmón y llegar a la sangre.

Vehículos diésel

El segundo aspecto es la relación entre la cantidad de vehículos diésel y la incidencia de estas partículas, ya que este tipo de motores emiten más partículas y España es el país más «dieselizado» de Europa . En 2009 los diésel superaron por primera vez a los coches de gasolina y ahora suponen más del 70% del parque automovilístico. Ya el año pasado, desde el Ministerio de Medio Ambiente se propuso penalizar con una tasa a este tipo de vehículos.

Actualmente, España registra un valor medio anual de partículas en suspensión que, «en cuanto a PM10, es el doble», dice Bárcena, «y el de las PM2,5 es dos veces y media superior al que establece la OMS». Y pese a todo, los números podrían no indicar con precisión cuánto hay, ya que como explica Mariano González, «todavía son muy pocas las estaciones capaces de medir estas partículas».

España es también el país europeo donde más crecieron las emisiones de dióxido de carbono -no un contaminante per se, aunque asociado a muchos de los procesos que los generan- entre 1995 y 2008, desde 302 a 391 millones de toneladas. A día de hoy, seguimos pagando esa deuda, con más de 800 millones de euros gastados en créditos de emisión de carbono entre 2008 y 2012 .

El encargado del programa de calidad del aire de Ecologistas en Acción cree que todavía existe un gran desconocimiento entre la población sobre este tema. «El Eurobarómetro muestra una gran falta de información al respecto, son necesarias medidas más audaces», dice Bárcena, «pero los actuales planes de mejora carecen de objetivos claros, limitaciones o presupuesto destinado. Son medidas más o menos anecdóticas que no atacan el problema».

Contaminación atmosférica: el espejismo de España

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación