La vida madrileña de Nadal

Después de rellenar el formulario ante Mikhail Youzhny (6-2 y 6-3), pasar por las manos de su fisioterapeuta y atender a la prensa, Rafa Nadal cumple con su rutinaria vida madrileña, encantado en una ciudad que disfruta muchísimo más cuando no hay torneo. Transcurre el Mutua Madrid Open sin respiro, abierto el cielo de la Caja Mágica porque ya no están Djokovic ni tampoco Federer, y a Nadal no le da tiempo para mucho más, metódico en todas sus actividades. Sin embargo, agradece esta semana porque juega en casa y porque va a los sitios que le gustan, sagrada la cena con el resto del equipo y encantado con el clima. Nadal y Madrid mezclan muy bien.

A diferencia de otros torneos, Nadal modifica mínimamente su agenda y retrasa la hora de la cena. Esto es España y el reloj, de toda la vida, cuenta muy poco cuando se va el sol, nada que ver con el resto de Europa. Tampoco se prolonga dem asia do, pero se sienta a la mesa sobre las nueve, a lo sumo nueve y media, y repite casi siempre el mismo guión: por la noche, Nadal cena fuera y pide pescado, rarísima la vez que le da por la carne. Y lo hace en restaurantes españoles porque es la comida que le gusta, el ambiente en el que se siente más cómodo. O’Pazo, De María, Asador Imanol... Clásicos que repite cada vez que asoma por la capital con alguna excepción como la del miércoles, pues cenó en un japonés con su gente y con Fernando Llorente y Feliciano López, entre otros.

Nadal lleva desde el jueves pasado trabajando en la capital, repleto el listado de actividades. Probó las pistas con buena cara, presentó el torneo como bandera del tenis español, cumplió con sus patrocinadores y empezó a jugar el miércoles porque así estaba programado, lo mismo de cada año. Antes de su debut, a Nadal le dio para ir al cine durante el fin de semana con su íntimo amigo Juan Mónaco, probablemente con el que mejor se lleva en el circuito, y vieron «Iron Man 3». Dos jóvenes más por la ciudad.

La quinta raqueta del mundo está instalado en el hotel AC Palacio del Retiro, en el corazón de Madrid. No acostumbra a pasear por la zona porque sólo se permite ese rato libre en la cena, aquí manda el torneo. Ni siquiera el miércoles fue al Santiago Bernabéu, con lo que a él le gusta el fútbol y más el Real Madrid . Mejor unas risas con sus amigos que le acompañan estos días, impagable el tiempo de desconexión. Y cada mañana, a las diez, tiene en la puerta a un coche de la organización para que le traslade a la Caja Mágica, en donde come con el resto de jugadores pese a la posibilidad de hacerlo en la zona VIP.

Negocia el sueño con películas, series o con partidas de póquer, muy familiarizado con la materia desde que es imagen de PokerStars. Compite a través de la red y lo hace sin alias ni identidades falsas. Rafa Nadal es Rafa Nadal. Pero antes ha tenido que lidiar con la parte más importante de su jornada. Durante una hora y media como poco, Nadal se entrega a Rafa Maymó, su fisio, para que arregle los desperfectos de un cuerpo llevado al límite. Hoy lo prueba ante David Ferrer en la enésima versión del derbi español. A las 15.15 horas (La Sexta) como siempre, la misma rutina de cada día.