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Reverter y el Alpinche, el hombre y su leyenda

Reverter, «El Doctor» como se le apodaba por su sabiduría y conocimientos, tenía ya tras de si una importante trayectoria como piloto cuando creó el Alpinche

Estanislao Reverter junto a su Alpinche, inolvidable capítulo de la historia del automovilismo español Fundación E. Reverter

Santiago de Garnica Cortezo

Valladolid

En el pasado Salón Internacional del Automóvil Clásico de Madrid, ClassicMadrid, hubo un momento muy especial, de esos en que los recuerdos se convierten en presente, en una sensación de que el tiempo no existe. Sin embargo ante mis ojos estaba una historia de hace más de cincuenta años , un importante capítulo del automovilismo español de la primera mitad de los años setenta.

Se trataba del Alpinche, el coche creado por el piloto Estanislao Reverter en 1970. Y, sentado junto al coche, conversé con su hijo Luis Reverter que, con su estilo señorial y amable, me paseaba por una historia cargada de pasión.

Reverter, «El Doctor» como se le apodaba por su sabiduría y conocimientos, tenía ya tras de si una importante trayectoria como piloto cuando creó el Alpinche. Una trayectoria, un nombre no solo a nivel nacional si no también internacional. Había nacido el 1 de octubre de 1929 en Orense. Vinculado al mundo de la empresa, entre otras actividades, contaba con un concesionario Land Rover y Goggomobil, sin olvidar una empresa de alquiler de automóviles con una flota de Simca 1000 que había adquirido a su amigo Eduardo Barreiros. Hombre de carácter, incansable, en realidad haría falta un libro para poder abarcar su trayectoria vital, espectacular no solo como fabricante de proyectos e ideas, incluyendo su labor como diputado en las Cortes constituyentes de 1977.

Como piloto su carrera arranca en 1955, en un Trofeo Fasa Renault y al volante de un 4/4, y durará de forma continuada unas veinte temporadas de las que son muestra, haciendo una síntesis extrema, sus 54 victorias absolutas en rallyes, circuitos y pruebas de montaña o doce participaciones en el Rallye de Monte-Carlo. Y un prestigio enorme tanto a nivel nacional como internacional: fue uno de los pilotos del famoso equipo italiano «Jolly Club».

A lo largo de esta trayectoria se puso al volante de coches muy variopintos: el ya citado Renault 4/4; Fiat 1400, Dyna Panhard; Deutsche Bonnet Panhard; BMW 700, Goggomobil; Ford Cortina Lotus; Fiat Abarth 1000; Rover 3500; Simca 1000, Alfa Romeo Giulia Sprint GTA; Lancia Fulvia HF; Seat 124 Sport 1600; BMW 2002; Renault 8 Gordini; Porsche 911…

El nacimiento del REALPOR…

Precisamente nuestra historia de hoy, la del Alpinche, arranca de uno de sus 911. Reverter tuvo dos Porsche 911 R. Hay que señalar que el «R» era una versión muy especial del «nueveonce» pensada para las carreras. En síntesis, en 1966, el ingeniero Rolf Wütherich concibió una muy aligerada carrocería de 911 en la que montaría el motor del Porsche Carrera 6, un verdadero sport-prototipo. Con 800 kilos y 210 CV, la relación peso/potencia era espectacular.

Del 911 R se hicieron, aparte de cuatro prototipos, solo diecinueve unidades de las que catorce se vendieron a pilotos privados: dos de estas fueron a manos de Reverter.

Estanislao, a pesar de un fuerte carácter, era un verdadero «Gentleman Driver» que no dudaba en ayudar a sus rivales (a muchos les enseñó su eficaz sistema de notas para los tramos) y también en fomentar la cantera de nuevos pilotos gallegos. Así para el IV Rallye Internacional de Orense, que no corre al estar implicado en su organización, deja su 911 R a José Pavón.

Por desgracia, en el Tramo de la Bajada del Rodicio se salía en una curva cerrada y chocaba contra un pretil, destrozando el vehículo.

La reparación, en la España de los setenta, donde las importaciones de piezas eran muy complejas y caras, sin olvidar que el 911 R era un coche muy especial, resultaba extremadamente costosa. Y Reverter tiene una idea: utilizar el motor y otros elementos mecánicos del coche accidentado en una carrocería Alpine A 110-1300.

Bajo el capó trasero, el motor Renault dejó paso al 6 cilindros flat Porsche, originalmente de un 911 R S. de G

Para medir el vano motor se valió del otro Porsche 911 R que le había vendido a Humberto Rodríguez. En realidad, srrúia mucho mas que «poner» el motor del Carrera 6 en un Alpine. Fue un trabajo arduo y complejo. Como soporte del seis cilindros flat, partió de la cuna de un viejo Volkswagen Escarabajo. El chasis del Alpine, tipo «viga» se transforma en un tubular que utiliza como parte del mismo, el propio arco de protección. Hay detalles «muy Reverter» en el interior: en el salpicadero, construido por su chapista Luis, encontramos solo tres relojes: velocímetro, cuentarrevoluciones y un tercero para controlar la temperatura y presión del aceite (clave en un motor Porsche). Otro detalle curioso son los pedales, tomados de un Simca 1000, o los marcos de las ventanillas que son, al igual que los abridores de las puertas, los del 911 R.

El Alpinche, un motor de 911 R, y mucho trabajo escondido bajo una carrocería Alpine A 110 Fundación E. Reverter

Primera prueba

Su debut se programó para el Rías Bajas de 1971. Unos días antes en el taller de Reverter, concesionario de Land Rover, parece ser que alguien arrojó una colilla cerca de un bidón de gasolina y comenzó un incendio. Reverter fue el único que, con la ayuda de un extintor, se atrevió a luchar contra las llamas. Consiguió extinguirlo, salvó el Alpinche, pero sufrió quemaduras en la cara. Aun así, toma la salida del Rallye cubierto con un ungüento amarillo, y mermado de facultades…, y finaliza en tercera posición.

Ese mismo año, 1971, quedó tercero en el XIX Rallye de España. El ganador, Jean Pierre Nicolas, piloto oficial Renault (su copiloto era Jean Todt), le pidió a Reverter que le dejase probar el Alpinche: al bajarse le indicó que debería pensar en una pequeña serie para vender, porque sería un arma imbatible.

Cinco evoluciones

Hablar del Alpinche es, en realidad, hacerlo de cinco versiones diferentes, no solo por cambios estéticos o aerodinámicos, sino también por importantes variaciones técnicas.

Los «todo atrás» (motor y propulsión) son complicados, son para «pilotar» y, con buenas manos se les saca mucho partido. Pero además el Alpinche era muy ligero y le empujaban los 220 CV del motor Porsche: la tarea era muy complicada.

Hubo muchas modificaciones incluidos pequeños deflectores laterales delante de los aletines de las ruedas delanteras, o ya en 1975 cuando en la última versión se introduce un frontal muy cuadrado donde al aire que refrigeraba el radiador de aceite también servía para dar más apoyo al tren delantero. Por cierto que se montaron cuatro grandes faros (provenientes del Land Rover 2000) pues se dice que Ladislao, por utilizar la soldadura a veces sin muchas protecciones, no tenía una visión nocturna óptima. Este último cambio fue como consecuencia de la reparación obligada por un accidente en abril de 1975, Reverter acompañado por José Luis Sala en el Rallye Vasco Navarro volaba en un rasante y con el cambio bloqueado al aterrizar chocaba contra varios coches aparcados. A Lalao se le rompía el cinturón de seguridad e impactaba contra el volante: heridas en la cara, fisura de esternón y varias costillas rotas. Después de este accidente se reconstruía el frontal al estilo de los Ligier del Campeonato de Resistencia.

Pero volvamos atrás. En 1972 se cambió el subchasis delantero del Alpine por uno diseñado por el propio Reverter, con unas suspensiones totalmente originales. También se fueron sustituyendo piezas del Alpine a lo largo de las temporadas en que compitió: discos y frenos de Porsche en lugar de los del modelo francés.

En 1975, llega la quinta y última evolución, con el característico frontal Fundación E. Reverter

Las llantas fue otro tema donde se buscaron soluciones. Si vemos el coche restaurado, lleva sus habituales Targa pero en su momento se hicieron pruebas con unas desmontables que tenían problemas de contención del aire y originaron uno de los accidentes del Alpinche.

También en el tiempo en activo del coche, el motor del 911 R fue sustituido, a raíz de diversas averías, pasando a un 2.4 y después de la rotura de éste en un Rallye de Asturias, a un 2.7 de 280 CV. Con esta potencia los palieres se rompían y la solución partió de Reverter y sus mecánicos: crucetas y estriados de Land Rover…

La clave Michelin

Uno de los cambios más importantes llega en 1973 cuando Reverter decide montar neumáticos Michelin TB5. Rafael de Louis, jefe del departamento de competición de la marca del Bibendum, se implica mucho en el trabajo del piloto orensano, al que le unía una buena amistad. El propio Reverter declarará: «Gracias a la ayuda de Michelin se modificaron ángulos y caídas de las suspensiones, el coche mejoró permitiendo me volver a ganar el Rallye Rías Bajas de este año».

El palmarés

Dos primeros puestos y un tercero en el Rías Bajas, segundo y tercero en el Rallye de España; Luis de Baviera, primero y tercero; Ciudad de Oviedo, hoy Príncesa de Asturias, primero y tercero; Internacional Bosch, segundo y tercero; 500 Km de Alicante, tercero y cuarto; séptimo en el Firestone del 72, tercero en el Sherry de ese año; ganador del Rallye de los Pazos, de la Subida a Almofrey, de la Subida a Manzaneda...

Sin duda rápido pero delicado de pilotar, el Alpinche sólo obtuvo buenos resultados en manos de Estanislao Reverter, ya que sus pupilos José Pavón y Beny Fernández que lo utilizaron en alguna ocasión, nunca consiguieron llevarlo a meta, excepto Beny que ganó con él la Subida a La Estrada, en 1975. Este último declaraba no hace mucho que el coche «era eficaz en zonas de curvas pero delicado en las zonas rápidas» y estas palabras, en boca de un piloto de su talla y experiencia, hacen pensar…

El estado en que quedó tras el accidente de hace casi medio siglo, ha exigido un complejo trabajo de restauración Fundación E.Reverter

Accidente y reconstrucción

Beny Fernández se salió en el primer tramo del Rallye del Sherry de 1975 y destrozó el coche que ya no se volvió a reparar ya que el reglamento del año siguiente impedía competir prototipos en el Campeonato de España. Y permaneció así arrinconado durante años en un taller donde el REALPOR, acrónimo de Reverter, Alpine y Porsche, tal como lo bautizó su creador, permaneció casi olvidado como una leyenda rota del automovilismo español.

Luis Reverter, junto al restaurado Alpinche en versión evolución 4, en el pasado ClassicMadrid S. de G

Afortunadamente el trabajo ímprobo de los hijos de Estanislao Reverter (que fallece en febrero de 1991), permite poner en marcha la Fundación que lleva el nombre del piloto gallego así como, posteriormente, afrontar el complejo proceso de restauración del Alpinche, en su cuarta y penúltima versión, un proceso complejo y largo (realizado entre 2015 y 2022) que ha obligado a recurrir a testimonios personales, a ayudas de amigos, conocidos y aficionados , a búsqueda de material gráfico, artículos y notas, a campañas de financiación (a las que han contribuido varios pilotos) para que podamos volver a disfrutar, en perfecto estado de funcionamiento este Alpinche, con el color naranja Orense, y una banda azul y blanca de la bandera gallega que atraviesa el coche longitudinalmente, sin faltar el escudo de la Escudería Orense, un volante con la rueda de afilar, símbolo de la ciudad. Y todo ello también símbolo de una época del automovilismo español.

Estanislao Reverter estaría orgulloso… «Bueno, como era muy perfeccionista, siempre encontraría un detalle que mejorar», nos cuenta su hijo Luis…».

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