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Golf Bluemotion, un «mechero» con brío

El compacto de Volkswagen ofrece un rendimiento brillante con mecánica 1.6 TDI de 105 CV en esta variante acondicionada para aminorar el gasto de forma ostensible. A 110 km/h en autovía arroja una media inferior a 4 l/100 km.

e.c.
madrid Actualizado: Guardar
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Derivado de la versión turbodiésel 1.6 TDI de 105 CV del Golf, que además libera un contundente par motor de 250 Nm, constante entre 1.500 y 2.500 rpm, el Golf Bluemotion es una de esas variantes a la moda de los bajos consumos y emisiones. Es decir, con algunos cambios de orden menor el coche ahorra algunas décimas frente a su equivalente convencional.

En particular esta versión, probada por ABC Motor, arroja un promedio homologado de 3,8 l/100 km (que en este caso supone unas ajustadísimas emisiones de 99 g/km), por los 4,5 que exige el original.

Entre las medidas aplicadas para dar con esa reducción, que puede parecer escasa pero que a estos niveles es casi épica, figura el sistema de parada y arranque de motor automáticos tipo Stop&Start, ideado para ahorrar en paradas como semáforos y atascos. Junto a éste, el Golf Bluemotion cuenta con alternador de tipo «inteligente», que desconecta si no se precisa y recupera energía para cargar la batería en frenada y deceleración (de nuevo ahorra carburante).

También aporta un chasis ligeramente más bajo (sobre todo en el tren delantero), neumáticos de baja resistencia al avance 195/65 sobre llantas de 15 pulgadas (son de aleación modelo Wellington) y otros cambios de índole aerodinámica, como el faldón integrado en el paragolpes delantero completado por un pequeño deflector en el borde superior del portón. Todo ello determina una brillante huella aerodinámica de 0,29 Cx, muy buena para tratarse de un modelo compacto o hatchback (2 volúmenes), un diseño que penaliza en este apartado.

Además, y para ahorra algo de peso prescinde de rueda de repuesto (en su lugar figura uno de esos kit reparapinchazos), de parte del material fonoabsorbente para aislarlo de ruido y vibraciones, y hasta de alfombrillas interiores. Simultáneamente, el desarrollo final del cambio, que es manual y de 5 marchas como única opción, ha sido alargado frente al Golf 1.6 TDI equivalente: quinta de 54,8 km/h, por los 50,5 de aquel.

En la práctica, exhibe cotas de gasto muy ajustadas: es posible circular a 110 km/h sostenidos por sólo 3,7 l/100 km. Claro está, embotellado en un atasco el Golf Bluemotion dispara ese valor, pero nunca por encima de 8 l/100 km. Es más, hay que circular realmente rápido para acariciar 10 litros.

Lo mejor es que, de paso, esta variante, identificada por su característico color exterior, un desenfadado tapizado interior azul/negro a juego con la carrocería (aunque la presentación del habitáculo resulta excesivamente sobria) y logotipos alusivos despliega brío y buen hacer. Como el resto de la gama, es cómodo y realmente fácil de conducir (la posición ideal de conducción se logra a la primera), muy seguro a los mandos (dirección y frenos cumplen con nota) y de maneras predecibles y sólidas.

Ahora bien, ¿merece la pena pagar 960 euros más de lo que cuesta un Golf 1.6 TDI Advance equivalente para ahorrar unas décimas? Fácil: la conciencia «ecológica» de cual y el bolsillo tienen la última palabra.