Alhambra 2.0 TDI E Ecomotive, práctico por donde se mire
ABC Motor prueba en esta ocasión la que pasa por ser la variante más interesante de la gama monovolumen SEAT Alhambra, un vehículo de nuevo cuño simétrico al Volkswagen Sharan, salvo por matices estéticos, con hasta 7 plazas muy habitables, confort de marcha a toda prueba y una respuesta mecánica brillante y austera.
madrid Actualizado: GuardarSEAT, de la mano de sus patronos de Volkswagen, cuenta con una opción sumamente interesante en el caso del monovolumen de gran tamaño Alhambra. El coche milita en un segmento no tan de moda como en otros tiempos, debido principalmente a su elevado coste, pero de igual modo a la irrupción de los SUV de diversos tamaños, aunque no deja de ser la mejor solución para usuarios que, en muchas ocasiones, se las tienen que ver con 4 o 5 niños a la vez, por ejemplo en vacaciones.
Antes de nadea, y sin riesgo a exageración, el Alhambra es a nuestro juicio una de las grandes opciones de la categoría, y sólo el «clónico» Volkswagen Sharan le hará mella en cuanto a prestancia, pero sólo por imagen de marca.
Claro está, tiene otros rivales como los Ford Galaxy, Renault Espace y el nuevo Lancia Voyager (anteriormente Chrysler Voyager), pero sin lugar a dudas el español es una de las alternativas más redondas y recomendables por calidad de terminación, tecnología aplicada, confort de marcha, versatilidad y brillantez mecánica.
Su antecesor, por ejemplo, contaba con 4 puertas abatibles. Aquí las traseras son ahora deslizables (motorizadas por 1.000 euros), ideal para subir o bajar en espacios estrechos. Además, ya no precisa desmontar las butacas traseras (las de la tercera fila, para las butacas 6 y 7, son opcionales por 753 euros) para contar con todo el espacio de carga posible (más de 2.300 litros), pues todas ellas son abatibles y ocultables en el piso con facilidad.
Puede que su calidad no supere la del primer Alhambra, pero es que en aquel ya era muy buena. En todo caso, la de ahora es estupenda, tanto por la prestancia de los materiales aplicados como por el rigor con el que están ajustados, el confort y la sujeción de los asientos, la buena disposición de casi todos los mandos... aunque el volante (en el coche probado con aro plástico), regulable en altura y extensión, va más tendido de lo ideal, en una posición un tanto industrial.
En el nivel probado, el más básico Reference, el climatizador (con regulación independiente en la segunda fila) cuesta 908 euros, aunque puede asociarse a la tercera fila de asientos por una tarifa más satisfactoria: 1.373 euros. También es un extra el Bluetooth (410 euros con control de voz), que junto al navegador se planta en 890 euros, y otros (como el sugerente paquete Advance Style que apareja vidrios sobretintatos y ordenador por 888 euros, la alarma, el control de velocidad, los sensores de parking delanteros y traseros por 474 euros, el techo panorámico o los faros bixenón, que suponen algo más de 1.000 euros) capaces de configurar un coche a la medida. Incluso se puede pedir con caja de cambios automática DSG, de doble embrague y 6 marchas (las mismas que aporta la transmisión manual de serie, de tacto magnifico), pero en ese caso hay que irse a la terminación superior Style (38.560 euros con el motor probado). Con todo, de serie aporta lo necesario (7 airbag, ESP, monitor de presión de neumáticos, freno de parking eléctrico, aire acondicionado, radio-CD…) si el objetivo pasa por afinar el precio.
Otro apunte: su conducción es casi la misma que en un turismo convencional, una vez hechos a sus dimensiones y envegardura. Aquellos no acostumbrados a estos productos pensarán en lo aparatoso que puede ser moverlo, pero nada más lejos de la realidad: se lleva «con un dedo», ofrece una visibilidad encomiable hacia cualquier ángulo por lo fino de sus pilares, su cuadriculada figura y la generosa superficie acristalada que aporta, frena con potencia y resistencia (dentro de lo que se espera de un monovolumen), es cómodo, pisa bien y no balancea más de la cuenta (aunque su chasis prime la absorción de las irregularidades del asfalto), en parte por lo directo y comunicativo de la dirección. En esto, nuevamente, de lo mejor que se puede encontrar en un coche así.
La gama Alhambra ofrece motores diésel y gasolina, todos turbo y de inyección directa. Los primeros, los más solicitados en este tipo de vehículos por su relación prestaciones/consumo, cuentan en la efectiva opción common rail2.0 TDI de 140 CV con su alternativa más equilibrada, pese a haber un 115 CV más barato y un 170 más potente y de empuje superior. Rinde un máximo de 320 Nm, ofrece un andar satisfactorio en todo momento, incluso circulando despacio y con marchas largas moderadamente cargados, pero sobre todo un gratificante reprís perfecto para acometer adelantamientos o afrontar largos repechos de la vía en condiciones.
Es, de paso, una mecánica bastante silenciosa (incluso en frío) y muy austera: el coche supera los 1.800 kg en orden de marcha y, sin embargo, se conforma con una media real de poco más de 6 l/100 km. (cuenta con parada y arranque de motor para semáforos y otras detenciones). Una vez más «saca pecho» frente a la competencia, lo que no viene precisamente mal en los tiempos que corren.