¿Qué va a pasar con mi coche diésel o gasolina a partir de 2035 con la prohibición de Europa?

Conoce cómo afectará a los vehículos de combustión actuales la nueva normativa aprobada por Bruselas

Qué implica la prohibición de los coches gasolina y diésel

El Parlamento Europeo aprueba prohibir los vehículos gasolina y diésel en 2035

Coches durante un atasco JUAN FLORES

El Parlamento Europeo ha puesto fecha para una muerte anunciadísima desde hace ya un tiempo: la de los motores de combustión. Los fabricantes tendrán prohibido vender (y aquí está la clave) coches diésel o gasolina a partir de 2035, en una búsqueda desesperada de frenar el calentamiento global y minimizar en la medida de lo posible las consecuencias del cambio climático.

Aunque su impacto concreto aún está por estudiar en términos medioambientales, dado que la industria automovilística no es la más contaminante en términos absolutos, a los propietarios de un coche que no sea eléctrico les asalta una pregunta clara: ¿podré conducir mi coche gasolina o diésel cuando entre en vigor esa prohibición?

La respuesta es... sí. La prohibición, aprobada por 340 votos a favor, 279 en contra y 21 abstenciones, afecta únicamente a la comercialización de turismos nuevos y vehículos comerciales ligeros que se quieran vender a partir de 2035. A partir de ese momento, todos los coches nuevos y las furgonetas deberán ser neutras en emisiones de CO2: deben ser eléctricos, de hidrógeno o de combustibles de nueva generación.

Los comprados anteriormente, sean de gasolina o diésel, podrán seguir circulando, aunque las previsibles medidas restrictivas para ellos limitarán notablemente sus posibilidades.

El calendario para adaptarse

La ruptura del mercado automovilístico con los motores de combustión clásico no será de golpe. Ya a partir de 2025 se irá adaptando el parque automovilístico para que, progresivamente, se vayan cambiando los coches más contaminantes por los teóricamente eficientes.

Los objetivos de reducción de emisiones se irán revisando periódicamente, con un primer paso intermedio en 2030. Para esa fecha, ya llevará en vigor cinco años una metodología nueva que debe decidir la Comisión para evaluar y comunicar datos sobre las emisiones de CO2 durante todo el ciclo de vida de los turismos y furgonetas vendidos en el mercado de la UE. SI todo va como está previsto, en ese 2030 ya se habrán reducido en un 55% las emisiones de turismos y un 50% las furgonetas.

Para ello, se irán adaptando una serie de programas de incentivos y ayudas comunitarias adaptables con el objetivo de que los compradores puedan cambiar sus vehículos con motores de combustión por los de bajas emisiones o emisiones cero. Así, de 2025 a 2029 preven que el 25% de los coches y el 17% de las furgonetas nuevas serán de bajas emisiones. Habrá que estar muy atentos, ya que desde 2030 se eliminará ese incentivo... lo que a su vez forzará a los fabricantes a tomar sus propias decisiones.

Todo ello con un reto a futuro: que en 2050 la industria automovilística sea neutra en emisiones de carbono.

Las marcas empiezan a electrificarse

Ya hay numerosas marcas que han establecido su hoja de ruta. Audi (y por ende, sus marcas hermanas como Volkswagen o Porsche) solo lanzará nuevos modelos eléctricos a partir de 2026, aunque seguirá fabricando de gasolina o diésel hasta 2033 pero mucho más eficientes.

Ford tardará unos años más, hasta 2030, mientras que Opel quiere que desde 2024 todos sus modelos tengan, al menos, una versión eléctrica hasta que todo su catálogo lo sea en 2028. También el resto del grupo Stellantis (Peugeot, Citroen, además de la propia Opel) tomará medidas al respecto, hasta el punto de que su fábrica de Trémery (Francia) que actualmente hace sus propulsores diésel será la que haga los eléctricos. El año en el que se completará el cambio para ellos será 2025.

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