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Hasta cuándo dependerá la automoción europea de las baterías chinas

Los ecologistas aseguran que la UE está en condiciones de producir suficientes celdas de iones de litio para satisfacer íntegramente la demanda interna de vehículos eléctricos y almacenamiento de energía

La industria del automóvil está experimentando cambios para descarbonizar F. P.

Canal Motor

Madrid

Los principales fabricantes europeos cuentan ya con una gama de modelos electrificada, pero reclaman una mayor implicación de las administraciones para facilitar la adquisición y el uso de coches enchufables.

La Asociación de Fabricantes Europeos de Automóviles (ACEA) ha defendido que pese a que la industria del automóvil está experimentando cambios para descarbonizar y ofrecer soluciones de movilidad neutras en carbono en la Unión Europea, el motor de combustión interna seguirá siendo una solución para la movilidad «durante muchos años».

La asociación ha indicado que la transición hacia un transporte por carretera neutro desde el punto de vista climático requerirá muchas medidas políticas «coherentes» en toda la Unión Europea, especialmente para el transporte por carretera.

Pese a la apuesta europea, las ventas de coches eléctricos en Europa se han estancado en Europa. Según los datos de T&E los fabricantes chinos están comenzando a afianzarse «firmemente» en el mercado europeo, representando el 5% de todos los vehículos eléctricos vendidos en lo que va de año.

Además, los fabricantes se encuentran con una importante dependencia de China para el suministro de las necesarias baterías, aunque en este sentido, según T&E, Europa podría dejar de depender de China para la fabricación de baterías de iones de litio en 2027.

Tal y como se desprende de su último análisis «A European Response to US Inflation Reduction Act», la UE está en condiciones de producir suficientes celdas de iones de litio para satisfacer íntegramente la demanda interna de vehículos eléctricos y almacenamiento de energía.

Sin embargo, el grupo ecologista advierte que la UE necesita una política que contrarreste las subvenciones estadounidenses o se expone a perder inversiones y puestos de trabajo en la cadena de suministro de los vehículos eléctricos (VE).

Si llegará a producirse esto último, significaría también un gran golpe para el mercado laboral, ya que no se crearían el esperado número de empleos de alta calidad.

China también podría perder bastante terreno en lo que respecta a los componentes de las baterías. Este mismo informe revela, además, que la UE podría producir internamente dos tercios de su propia demanda de cátodos —fabricados con materias primas fundamentales— a partir de 2027. Sin embargo, las empresas todavía están a tiempo de trasladar a Estados Unidos algunos de los proyectos previstos en Europa, tentadas por las ventajas fiscales y otras subvenciones recogidas en la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) y de las que se beneficiarían aquellas que localicen las cadenas de suministro de baterías en el continente americano.

La dependencia de China para el refinado y el tratamiento de los metales de las baterías también podría reducirse drásticamente: más del 50% de la demanda europea de litio refinado podría proceder de proyectos europeos en 2030, según las previsiones de T&E. Los materiales procederían de minas extranjeras o directamente de proyectos europeos de conformidad con una futura ley europea de materias primas fundamentales, siempre que cumplan con estrictas normas medioambientales.

Para Carlos Rico, responsable de política de T&E España, «la eliminación progresiva de los motores de combustión en la UE para 2035 ya ha estimulado muchas inversiones. En la actualidad, la mitad de las celdas de baterías de iones de litio utilizadas en la UE se fabrican en territorio europeo. Pero la Ley de Reducción de la Inflación ha cambiado las reglas del juego: Europa deberá poner más dinero sobre la mesa si no quiere arriesgarse a que Estados Unidos se quede con las fábricas de baterías y los puestos de trabajo previstos».

T&E sugiere que debería crearse un Fondo Europeo de Soberanía que apoye las tecnologías verdes mediante la emisión conjunta de deuda. Esto permitiría garantizar la igualdad de condiciones en Europa y evitar que los países que dispongan de más efectivo ofrezcan cuantiosas ayudas estatales a las empresas para sacar provecho. Desde su punto de vista sólo la producción verde recogida en la IRA estadounidense, como los vehículos eléctricos, las baterías o las energías renovables, debería recibir dinero en efectivo.

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