¿Cada cuántos kilómetros tengo que cambiar de coche?
El kilometraje es un indicador clave para evaluar el estado de un vehículo, pero existen otros igual de importantes
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Decidir si cambiar o no de vehículo implica considerar múltiples factores que influyen en su vida útil, como la antigüedad, el estado de la carrocería, las piezas, el motor y el tipo de uso que ha recibido. Una de las cuestiones más debatidas es el impacto del kilometraje en el funcionamiento del coche y en qué momento es aconsejable considerar su venta.
El kilometraje es un indicador clave tanto para compradores como para vendedores de vehículos de segunda mano. Si bien es cierto que un automóvil puede mantenerse en buen estado con un mantenimiento regular —incluyendo la revisión de líquidos, frenos, aceite, llantas y la correa del motor—, es imprescindible estar atento a las señales de desgaste que sugieren problemas más serios.
¿Cada cuántos kilómetros tengo que cambiar de coche?
No existe una cifra mágica de kilometraje que determine cuándo se debe cambiar de vehículo, pero los expertos sugieren que entre 250.000 y los 300.000 kilómetros podría ser el rango recomendado para considerar la venta. Más allá de esta cifra, el motor y otros componentes pueden comenzar a requerir reparaciones costosas y frecuentes.
Además, es imprescindible cumplir con cada una de las revisiones técnicas que se deben realizar a lo largo de la vida del vehículo. Estas inspecciones garantizan el funcionamiento seguro del coche y, generalmente, se programan a intervalos específicos de kilometraje. Por ejemplo, la primera revisión técnica suele realizarse a los 5.000 kilómetros, para después seguir con revisiones cada 20.000o 30.000 kilómetros hasta llegar a los 100.000.
Si un vehículo supera los 100.000 kilómetros, se recomienda llevar a cabo ajustes ya más serios como la sincronización del motor, el cambio de pastillas, líquido de frenos o las bujías de encendido. Estas medidas aseguran su rendimiento óptimo; algo fundamental para la seguridad del conductor.
Señales de fallos en el funcionamiento
Si bien el kilometraje es tomado como uno de los indicadores más importantes, existen otros que permiten evaluar el estado de un vehículo. A grandes rasgos, los automóviles con más de nueve o diez años tienden a presentar estos problemas con más frecuencia:
Señales de fallos en el funcionamiento
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Ruidos extraños provenientes del motor
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Emisión de humo negro por el tubo de escape
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Averías frecuentes o descomposiciones regulares
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Problemas en frenos, dirección, motor o suspensiones
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Inestabilidad en la temperatura del motor
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Deterioro visible de la carrocería
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Vibraciones en pedales, volante o transmisión
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Pérdidas de líquidos y roturas de piezas
Para alargar la vida útil del vehículo, es importantísimo realizar las ya mencionadas revisiones periódicas, cambios de aceite y líquidos, además de mantener en buen estado la carrocería.
Cabe recordar que después de los primeros seis años de vida del vehículo, es obligatorio realizar anualmente la revisión técnomecánica. Además, a medida que el coche se va volviendo más antiguo, generalmente, los costos de mantenimiento aumentan.
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