Qué vigilar en el tubo de escape de nuestro coche
Este elemento no presenta los problemas de hace una década, gracias a la incorporación de nuevos sistemas y diseños, pero puede dar fallos en componentes como el filtro de partículas, antes inexistente. Analizamos su estructura y lo que, llegado el momento, habrá que sustituir.
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Desde que se desarrolló la gestión electrónica con motores más eficientes y avanzados, la rotura del tubo de escape por oxidación es un problema casi eliminado en los motores de gasolina. En los diésel, al no haber condensación de agua, no surge ese contratiempo.
Antes, en los coches de gasolina, era habitual sustituir algún tramo o todo el sistema de escape, y además de forma periódica, sobre todo en el caso de coches que se usaban en trayectos cortos, pues no se daba el tiempo necesario para que el agua producida por la condensación de los gases de escape fuese expulsada o se evaporase, depositándose en los silenciosos, oxidándolos y rompiéndolos.
En la actualidad, el tubo de escape es casi «para toda la vida», pero también es cierto que incluye nuevos elementos de sustitución periódica.
¿Qué se sustituye en el sistema de escape?
Tallerator recuerda que el sistema de escape permite al motor un funcionamiento más eficiente, canalizar y dirigir los gases producidos por la combustión al exterior del vehículo, reducir el ruido mecánico y la contaminación.
Las piezas que lo componen son:
- El colector de escape: reúne en un conducto los gases que los cilindros expulsan por varias salidas, y asegura que sea de la forma más eficiente, evitando variaciones bruscas de sección o una disposición demasiado sinuosa de esos canales. Asegura parte de la potencia y evita perdidas de rendimiento, sobre todo a elevadas revoluciones.
- Según la mecánica, agrupa órganos tan importantes como el turbo y la válvula EGR , que recoge parte de los gases y los redirecciona hacia la admisión del motor, lo que controla los limites de contaminación permitidos por las normativas vigentes.
- Más allá se sitúa el filtro de partículas o FAP en las mecánicas diésel, el catalizador y, en ocasiones, una combinación de ambos elementos. Estas piezas se utilizan para reducir los gases contaminantes expulsados del motor, lo que se logra gracias al trabajar a altas temperaturas y por su diseño. De esta forma, se queman las partículas contaminantes y de hollín en el FAP. Estos son los elementos del escape que más problemas están ocasionando hoy en día, por lo que se hace necesaria su sustitución.
- Otra pieza es la Sonda Lambda, dispuesta antes del catalizador. No interviene en la salida de los gases, sino en la medición de oxígeno de estos antes de que sufran alguna alteración. La medida del oxígeno es representativa de la riqueza de la mezcla, magnitud que la sonda transforma en un valor de tensión. Éste se comunica a la unidad de control del motor para regular la cantidad de combustible inyectada.
Línea de escape y silenciosos
Elementos adicionales son los diferentes tubos que unen las piezas anteriormente descritas y que dan forma al recorrido de la línea de escape por debajo del vehículo; sirven de enlace con los silenciosos de los vehículos.
Y sobre estos, son los últimos elementos de este conjunto mecánico. Atenúan el ruido producido por las explosiones en la combustión del motor, aseguran un mejor rendimiento del mismo y reducen la temperatura y la contaminación generada por los humos expulsados.
Debido a la condensación de agua producida por los gases en los motores de gasolina y su posición más alejada del motor, no alcanzan temperaturas tan elevadas y ocasiona una oxidación que puede dañarlos, haciéndose necesaria su sustitución.
Todo bien sujeto
Otra causa que obliga al cambio de algún elemento del sistema de escape son las roturas producidas por exceso de vibración ocasionado por una mala sujeción a través de sus fijaciones, que suelen ser de goma (elásticas); se deterioran por el uso y el paso del tiempo. Cada vez que se realice un cambio en el sistema de escape, es necesario cambiarlas.
La mejor prevención para alargar la vida del sistema de escape es un uso continuo del vehículo y que los trayectos no sean en su mayoría cortos, combinándolos con otros medios y largos.
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