Conducción para ciegos

Conducir un kart en una pista al efecto es una realidad al alcance incluso de personas invidentes, como acaba de demostrar el músico cieto Serafín Zubiri, que se ha puesto al volante de una de estas máquinas en un trazado Los Molinos de la localidad cántabra de Noja.

Para materializar semejante sueño, el sistema de pilotaje, ideado por el propietario del karting Domingo Alonso, consta de un mecanismo en el volante que emite chasquidos cada vez que se gira, una cámara de vídeo incrustada en el monoplaza y un intercomunicador de audio para escuchar las órdenes de un guía que se transforma en los ojos del invidente en el asfalto.

Alonso considera única su idea, pues el piloto invidente adopta el 100 por cien de las decisiones de marcha. «La experiencia ha sido fantástica por la noción de libertad que he sentido al tomar las decisiones por mí mismo», ha señalado el músico y compositor, que ha recomendado la «aventura» a cualquier discapacitado visual y a aquellos que quieren conocer las percepciones de las personas ciegas.

Zubiri ha explicado que lo más complicado en un primer instante es coordinar la velocidad con las órdenes recibidas por el auricular para sincronizar el juego de pies acelerando y frenando. Previamente ha completado un reconocimiento caminando por la pista para percibir sus dimensiones y se ha hecho una ideal del trazado sobre un mapa en braille. Precisamente, en esa primera toma de contacto se concretan las instrucciones de cara a las curvas.

Ya en marcha, el piloto escucha en todo momento la voz de su «copiloto», que vía cámara indica hacia el lado que se ha de girar el volante y hasta cuándo, según los chasquidos que tiene por tope la dirección. En otros casos, un ordenador integrado capta la información a través de sensores y ajusta automáticamente la conducción.

La idea surgió cuando Domingo Alonso y su hermano conocieron karts adaptados para toda clase de discapacidades, salvo para ciegos. De ahí su desarrollo de un modelo de navegación apto para otras disciplinas deportivas, pero nunca para conducción por carretera convencional al requerir la intervención de un copiloto que dicte directrices y la implementación de medidas de seguridad. Con todo, su impulsor ya sueña con organizar el primer Gran Premio Internacional de Karts para ciegos.