Los misterios de las profundidades de Madrid
Pinturas rupestres en la Cueva del Reguerillo - senderos esotericos
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Los misterios de las profundidades de Madrid

La Comunidad está llena de cuevas, desde pinturas rupestres a antiguos bandoleros se pueden encontrar en estos rincones ocultos

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La Comunidad está llena de cuevas, desde pinturas rupestres a antiguos bandoleros se pueden encontrar en estos rincones ocultos

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  1. Cueva del Reguerillo, Patones

    Pinturas rupestres en la Cueva del Reguerillo
    Pinturas rupestres en la Cueva del Reguerillo - senderos esotericos

    La Cueva del Reguerillo es la cueva más importante de la Comunidad de Madrid. Declarada Monumento de Interés Nacional en 1944, la cavidad tiene tres pisos llenos de pasos estrechos y de zonas labertínticas, pero destaca por ser el único ejemplo de arte rupestre atribuido al Paleolítico superior en la región.

    Localizada en el Cerro de la Oliva, a unos 850 metros de altitud, tiene una extensión de casi 9.000 metros llenos de marmitas, meandros, estalactitas y estalacmitas y otras formas que dan constancia de la actividad hidrogeológica; muchas de ellas formadas a raíz de las excedencias de un depósito del Canal de Isabel II cuyo agua inunda una zona.

    Esta cueva es uno de los diez yacimientos españoles con restos de osos de las cavernas, pero además, dentro se encontraron restos cerámicos neolíticos y grabados de figuras de cabras montesas, de un grupo de antropomorfos y de un mamut.

  2. Abrigo de Los Aljibes, La Pedriza

    Pinturas en tonos rojos del Abrigo de Los Aljibes
    Pinturas en tonos rojos del Abrigo de Los Aljibes - antigua y medieval

    Es un pequeña cavidad, pero su importancia es de gran valor pues alberga unas pinturas que tienen en torno a 4.000 años de antigüedad -fueron creadas entre las fases finales del Neolítico y las primeras etapas de la Edad del Bronce. Las pinturas del Abrigo de Los Aljibes fueron descubiertas en 1989, en esta pequeña oquedad con vistas sobre el valle del río Manzanares.

    El contenido artístico de este abrigo se compone de varios signos geométricos y hasta 25 figuras antropomorfas de tipo esquemático realizados en color rojo de varios tonos.

  3. Canto de la Cueva, Torrelodones

    Pintura en la cueva de Torrelodones en la que se ve a un hombre defendiéndose de un animal
    Pintura en la cueva de Torrelodones en la que se ve a un hombre defendiéndose de un animal - El Blog de Panchun

    A principios de los años 90, tres niños de entre 7 y 12 años saltaban a la fama en Torrelodones tras descubrir unas pinturas de hace 3.000 años en una cueva.

    Los niños encontraron la cavidad en un paseo por el campo, pero no fue hasta un año después cuando uno de ellos, al estudiar las cuevas de Altamira en su colegio, le preguntó a su profesor que si era posible que tales grabados existiesen también en su localidad. Ante la negativa del profesor, los tres niños volvieron a la cueva y fotografiaron las pinturas, enseñándoselas al maestro para su asombro.

    Las pinturas, pospaleolíticas, representan a un hombre armado que se defiende de un cuadrúpedo astado. Otros cuadrúpedos con forma de cabra y de jabalí también aparecen representados.

  4. Cueva de los Frailes, Villaconejos

    La puerta de la cueva enmarcada con dos pilares y un escudo heráldico
    La puerta de la cueva enmarcada con dos pilares y un escudo heráldico - arba bajo jarama

    La cueva, que tiene mas de 300 años, pertenecía a una comunidad de frailes carmelitas descalzas, que la utilizaban como bodega. Durante la Guerra Civil fue utilizada como refugio. Excavada en la roca, está formada por una serie de arcadas que se suceden rematadas en el techo mediante cúpulas, entre los pilares de las arcadas se supone que estaban las tinajas que guardaban el vino.

    Se trata de una excavación hecha en un pequeño montículo, con diecinueve arcos de medio punto y respiraderos en forma de chimenea. Su puerta está enmarcada con dos pilares de piedra de Colmenar de Oreja y sobre ellos una piedra frontal con un escudo heráldico en el centro.

  5. Risco de las Cuevas, Perales de Tajuña

    El Risco de las Cuevas domina el valle del Tajuña
    El Risco de las Cuevas domina el valle del Tajuña - ayuntamiento de perales de tajuña

    Declarado Monumento Nacional en 1931, El Risco de las Cuevas fue uno de los primeros asentamientos del Neolítico en la Comunidad de Madrid. Los cavernícolas, como más tarde les llamarían los romanos, labraron sus refugios en esta pared de calcita que domina la vega del Tajuña a la altura de Perales de Tajuña.

    El primitivo poblado neolítico en la pared de la roca se convirtió en la ciudad carpetana de Caracca, de la que el autor clásico Plutarco daría cuenta en su obra «Vidas Paralelas», describiendo cómo el general romano Sertorio obligó a los caracitanos a dejar sus viviendas trogloditas en lo alto de un risco y habitar las tierras llanas de la zona, en una épica estratagema en la que los romanos para hacer bajar a los caracitanos movieron a toda su caballería levantando tanto polvo que obligaron a los caracitanos a descender de las cuevas y rendirse sin tener que entablar batalla.

    Actualmente la antigua Caracca está desapareciendo víctima de los fríos inviernos que trazan grietas en las rocas de sus paredes de yeso y que ya han provocado el derrumbe de al menos 20 cuevas.

  6. Cueva de La Mora, La Pedriza

    Entrada a la Cueva de La Mora
    Entrada a la Cueva de La Mora - Luis Fernan

    La Cueva de la Mora se halla cerca del refugio Giner, frente a su fachada principal y al este de la Peña Sirio. La leyenda cuenta cómo la bella hija de un adinerado musulmán de Madrid no encontraba el amor. Durante un paseo por el Manzanares, conoció a un joven cristiano y ambos se enamoraron ante el rechazo del padre de la chica, que la encerró bajo llave en su casa. El joven partió a tierras lejanas ante su desdicha, mientras la chica esperaba durante meses, rechazando a otros pretendientes. Finalmente su padre la encerró en la cueva esperando que su hija cambiase de opinión, pero ella nunca cejó en su empeño de esperar a su amado, hasta que un día apareció muerta en la cueva.

    La leyenda asegura que la joven mora continúa esperando sobre algún otero del Manzanares a la espera del regreso del joven cristiano.

  7. Cuevas árabes, El Molar

    Interior de una de las cuevas que ahora es parte de un restaurante
    Interior de una de las cuevas que ahora es parte de un restaurante - la cueva de krusty

    En El Molar hay alrededor de 400 cuevas de origen árabe que los vecinos utilizaban para guardar el vino. Algunas de ellas se han transformado en restaurantes.

    Las cuevas tienen un microclima especial, una temperatura perfecta de entre 1 y 9 ºC, para conservar el vino naturalmente durante todo el año

  8. Casas Cueva, Valle del Tajuña

    Recreación de una casa-cueva
    Recreación de una casa-cueva - Ayuntamiento de Tielmes

    A lo largo del valle del Tajuña, son muchos los pueblos como Perales de Tajuña, Morata de Tajuña, Tielmes, Carabaña o Orusco que pueden presumir de tener casas cueva.

    Un ejemplo claro es Tielmes, donde hasta 235 casas cueva se podrían encontrar en la post-guerra. Hoy en día son muy pocas las que aún se encuentran habitadas, pero este municipio del sureste cuenta con un museo que recrea cómo eran estas peculiares viviendas excavadas en las rocas del valle.

  9. Las Cuevas de Luis Candelas, Madrid

    Bajo el Arco de Cuchilleros están las famosas cuevas de Luis Candelas
    Bajo el Arco de Cuchilleros están las famosas cuevas de Luis Candelas - belén díaz

    En las primeras décadas del siglo XIX, el famoso bandolero Luis Candelas establece el Arco de Cuchilleros, bajo la Plaza Mayor de Madrid, como su «cuartel de operaciones». En este lugar conoció a otros bandoleros hasta que fue condenado a morir a garrote vil por sus robos. Hoy en día, las cuevas de la antigua herrería de Madrid son uno de los restaurantes más conocidos de la Villa y Corte.

  10. Las Cuevas de Navalcarnero

    Interior del entramado de cuevas en Navalcarnero
    Interior del entramado de cuevas en Navalcarnero - la pausa del café

    El casco histórico de Navalcarnero, declaradoBien de Interés Cultural en el año 2000, esconde un secreto bajo su superficie: un laberinto de galerías subterráneas con quinientos años de antigüedad.

    Algunas sirvieron de bodegas para almacenar vino y alimentos, mientras otras fueron minas de agua para abastecer al pueblo. Un entramado que permitía incluso recorrer el pueblo bajo tierra. Hace unos años el Ayuntamiento se propuso rehabilitarlas, una actuación que, según denuncian los vecinos, ha llenado de grietas las casas de la plaza Mayor del municipio.

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