El último puesto callejero de Horchata de Madrid

Miguel y su familia llevan aquí desde el año 44 pero fue su abuela María la que comenzó vendiendo horchata en otros puestos, uno de ellos incluso estaba enfrente de las Cortes. «Toda la familia de horchateros: los bisabuelos, los tatarabuelos, hasta llegar a los primos» asegura Miguel García. Eso sí, este es el único puesto que queda en Madrid porque «los dueños se han ido jubilando, los hijos no han querido seguir y se ha perdido la costumbre de tener quioscos de este tipo que llamamos aguaduchos».

Siempre han vendido los tres mismos productos: horchata de chufa, granizado de limón y agua de cebada. Todo lo fabrican de manera artesanal, como la horchata cuya chufa compran en Valencia. «Se lava, se deja a remojo, se tritura, se añade agua, se prensa y a lo que sale se le añade azúcar y se cuela» nos explica Miguel. Incluso antiguamente se hacía en la misma calle, junto al puesto, «para que la gente viera como se hacía lo horchata».